Monstruo

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Creer que soy cómo el resto de la humanidad es un pecado que lleva a la muerte, se que suena narcisista pero es un hecho ya que desde mi nacimiento he estado por encima de cualquier hombre, guerrero, líder, rey o héroe.

¿Creés que soy soberbio?

...

...

...

...

Tienes razón, tranquilo no estoy enojado, de hecho no me molesta tú respuesta, es comprensible que pienses así, ya que desde tú punto de vista me debo de ver de esa manera. Pero justamente esa es la cuestión, "el punto de vista".

En estos tiempos todos hablan de igualdad,  justicia y moral. Que tontería, solo repiten las sandeces que escuchan de bocas de extraños que posiblemente no volverán a ver.

Parecido no es igualdad, ley no es igual a justicia y ser moral ahora es una máscara.

Nadie es igual a nadie, cosas malas le pasan a personas buenas y una buena acción no te hace una buena persona.

Deberías de darte cuenta, la humanidad aún es cómo un niño pequeño que juega despreocupadamente ignorante de los peligros que lo rodean.

Pero ya no más. Ahora es tiempo de cambiar, eh visto el camino y los arrastrare conmigo.

De repente, el viento, que hace unos segundos se movía con extrema violencia, se había detenido.

Lily: esa es...

A lo lejos, desde el cielo algo caía a gran velocidad, mientras más se acercaba se veía una silueta de una chica. "Lucy" murmuró Lily para luego saltar y atraparla en el aire.

Al aterrizar su familia se acercó, preguntaron si se encontraba bien, Lily asintió lo que tranquilizó a todos, pero ahora tenían preguntas que hacer, pero no dijeron nada ya que podían sentir algo.

Carne podrida, ese fétido olor ahogó las narices de todos, era un olor tan repulsivo que incluso algunas de las chicas tuvieron que tapar sus bocas con sus manos para no vomitar, aunque ese olor a putrefacción no era lo único en el aire, también olía algo muy familiar para pocos.

María: sangre. - murmuró muy preocupada mientras un mal presentimiento nacía en su corazón.

Leni: Linky.

Esto es maravilloso, simplemente maravilloso.

En medio de la oscuridad yacía un hombre de cabello blanco, sangrando de un corte de su hombro derecho junto a una sonrisa en su rostro.

Lincoln: tú, aquel conocido cómo el angel desertor, aquel que traicionó a Dios y siguió su propia voluntad, temido y adorado por siglos.

Aquel sonreía, se muy emocionado, eufórico y excitado.

Lincoln: ahora se encuentra frente a mí, sangrando, despedazado, al borde de la muerte.

Lincoln se acercó lentamente al que muchos consideraban el ser más malvado de la historia humana, sus intenciones eran más que obvias, aún así el demonio no iba retroceder, él era uno de los más poderosos demonios, ser derrotado por un humano era humillante e incluso aunque ya no quedaran más demonios para ver su derrota no se detendría, su voluntad para ver cabeza en sus manos era inimaginable.

Lincoln: ahora, conviértete en algo mejor.

Ambos se atacaron al unísono, el suelo se partió, el viento se movía ferozmente, la temperatura descendió, en pocas palabras el lugar fue casi destruido, pero fue mucho más que eso.

La familia Loud al igual que las chicas de Lincoln esperaron, nada en especial, solo que ocurriera algo.

Tras unos momentos de espera, el pecho de Leni le comenzó a doler. Le dolía, le dolía mucho, no recordaba cuando fue la última vez que sintió tanto dolor, así que instintivamente ella apretó su pecho.

La acción de Leni no fue pasada por alto, ya que Lori se había dado cuenta cuando escuchó jadeos de Leni, como la hermana mayor, ella fue hacía ella y la ayudó a sostenerla, estaba por pedir ayuda cuando de repente la gigantesca esfera negra se rompió como si se tratara de frágil cristal.

De pie se encontraba Lincoln con una sonrisa en su rostro, el había ganado, en su mano sostenía un pedazo de carne que escurría sangre, fue lo único que quedaba de aquel demonio, pero aún el precio fue muy alto, su familia y sus súbditas lo sabían con tan solo verlo, a Lincoln se le había deshecho su otro brazo al igual que la mayor parte de su torso.

Sin un pulmón, la mayor parte de su estómago, sin intestinos, ni costillas, sin una parte de su columna, era imposible que siguiera vivo.

Su familia se horrorizó, asqueo y temió al ver esa escena, en cambio sus súbditas aunque estaban algo desconcertadas sabían que no moría así, no podía, no debía, pero cuando el cuerpo del albino cayó al piso sabían que algo malo ocurría.

Cada vez más débil los latidos de su corazón casi se detienen, aún así seguía sonriendo, ¿porqué?, bueno, el sabía el porqué y no era nada agradable.

María corrió hacía a él, ella podía curarlo, no importaba que tan mal estuviera, ella podía usar mucha, mucha magia para curarlo, podía ayudarlo, podía hacer que se sintiera mejor, siempre y cuando no muriera.

María: no, no mueras.

La niña corrió hasta él, vio lo grave que estaba, resistió la tentación de llorar y se enfocó de curarlo. María tocó el pecho de su amigo y se esforzó por curarlo, pero nada, no ocurrió nada.

La intentó otra vez con más magia, pero la carne no se regeneraba, su cuerpo seguía frío e inmóvil. Entonces comenzó a llorar, lloró por la desesperación de no poder revertirlo.

Aquella situación le recordó una vez que ella rompió un jarrón mientras jugaba, era valioso, más valioso que ella, eso se lo había dicho su madre, desesperada la niña trató de volver a armar el jarrón con pegamento, pero no pudo hacerlo, eran muchos pedazos y el pegamento era muy débil, así que ella hizo lo que cualquier niño haría, trató de ocultar lo que había hecho, pero su madre la descubrió. Golpes, insultos y más golpes, ese fue su castigo, ella recordaría por mucho tiempo ya que fue en ese día que tuvo su primer ojo morado.

Ya detente, hiciste lo que pudiste.

La pequeña María alzó su mirada y vio a una rubia con ojos también llenos de lágrimas.

Leni: lo querías mucho y lo intentaste de ayudar, eso es suficiente.

María lloró con mucha más fuerza, ¿acaso no fue buena amiga, futura compañera amorosa o discípula?. Fue por su incompetencia que la persona que más quería había muerto, o al menos así se sentía.

Leni tomó la mano de María y se la llevó hacía donde las demás, ya nadie quería pelear.








Supongo, que llegó la hora.

Al oír esa voz ambas voltearon y vieron al albino de rodillas. Su sangre se evaporaba,  su cuerpo comenzó a regenerarse, pero no carne de hecho esta comenzó a ser reemplazada por un vacío blanco.

Mientras se ponía de pie su cabello creció y cambió a negro, y sus ojos se volvieron azules.

Lincoln: finalmente sucedió.

Lincoln se había convertido en alguien más.

Sin importarle los demás, el miró hacía arriba y comenzó a flotar. Se había elevado hasta un punto donde podía ver a la ciudad más cerca.

Cerró sus por un segundo, podía sentir, podía sentir a cada hombre, mujer, niño, planta o animal, a cada ser vivo del planeta.

Lincoln extendió su mano y con el movimiento de un dedo la ciudad más cercana se destruyó con una explosión, esto le hizo sonreír.

Cientos, no, miles de hombres, mujer y niños yacían en esa ciudad, todos habían muerto, y el lo hizo sin dudarlo, él lo había  prometido, prometió no lastimar a los niños, pero él... él rompió su promesa, nunca antes lo había hecho.

María estaba decepcionada.

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⏰ Última actualización: Apr 14, 2021 ⏰

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