[brisa's pov]
—¿hablar? —la escuché preguntar haciéndose la desentendida.
—si, hablar. —respondí. —asi que camina, y empezá cuando quieras. —solté mientras la guiaba fuera del establecimiento.
caminamos lejos, hasta terminar en una plaza en la que solo había un par de nenes jugando, pero ella todavía no había emitido sonido alguno.
—¿no pensas decir nada? —le pregunté mientras me sentaba en un banco y veía que ella hacía lo mismo, a mi lado.
—no se que...
—en persona no sos tan atrevida ¿no? —le pregunté, pero ella ni siquiera me miró. —veo que te re da para pedirme nudes, pero no para decir las cosas como son. —seguí hablando, molesta.
—perdón. —murmuró. —yo... no sabía como acercarme.
—¿y creíste que mintiéndome sobre quien eras, era la mejor manera? —cuestioné —encima pidiendome nudes, dios, ¿no se te pudo ocurrir algo mejor? —agregué y ella se volvió a quedar en silencio haciendome soltar una risa sin nada de gracia. —te estoy hablando. —avisé, algo desesperada, esperando que dijera algo.
—perdoname, brisa. —volvió a disculparse. —no sé que más decirte. —agregó mirandome. —la verdad es que un día te vi en casa de lourdes y me re gustaste, y le rompí mucho las bolas para que me diera tu número...
—y ella, como es una boluda, te lo dio. —dije sabiendo que así había sido.
—si. —confirmó. —y bueno, los primeros mensajes, pidiendote nudes... no sé, fue lo primero que se me ocurrió para ver si llamaba tu atención. —reí sarcásticamente.
—te comiste la peli pensando eso igual.
—y vos me mandaste nudes tuyas igual. —respondió a mi acusación haciendome guardar silencio, porque tenía razón. —cuestión que, desde ese día que te choqué sin querer, me empezaste a mirar mal y empecé a sentir que me odiabas. —confesó. —por lo que, tuve más miedo a que me rechazaras si me acercaba. y por eso seguí con los mensajes.
ella continuó contandome todo, hasta finalizar haciendo que ambas guardaramos silencio.
—¿cómo descubriste que era yo? —me preguntó luego de unos minutos.
—me encantaría decir que lo hice por mi misma, o que desde que al final de nuestra cita empezaste a actuar raro, sospeché y lo descubrí, pero...
—lourdes. —dedujo y asentí. —la voy a matar.
—en realidad... se le escapó y después lo pudo arreglar un poco... —comenté recordando como había sido todo.
flashback.
—boluda, estoy harta de que no me responda esta flaca. —hablé molesta.
—dios, angie es una boluda. —soltó ella algo cansada de mis comentarios.
—¿qué? ¿es angie? ¿y lo sabías? —pregunté exaltada y comenzando a enojarme.
—¿eh? n-no... —respondió con dificultad. —yo decía porque... porque no me responde los mensajes.
—¿y desde cuando hablan?
—somos vecinas, bri. nos conocemos de chiquitas—dijo ahora más segura. —le pedí que... me avisara si veía llegar a mi vieja.
—te quedas a dormir. —recordé. —¿por qué necesitarías saber cuando ella llega?
—porque no le llegan los mensajes y...
—y no sabes mentir.
fin del flashback.
—y bueno, palabras más, palabras menos, me lo terminó contando.
—perdoname. —volvió a disculparse por décima vez y yo solo suspiré. —te juro que iba a decirtelo, principalmente porque no aguantaba verte más pendiente de los mensajes que de mi, cuando me tenías en frente.
—es que llegó un momento en que posta necesitaba saber quien eras, y además, cuando no me jodías con las nudes, hablabamos por horas. —dije. —y me re gustaba eso.
—las nudes solo eran la excusa para hablarte, bri. nunca fui buena iniciando conversación, entonces bastaba con mandarte algo de eso y ya fluía solo. pero... podemos seguir haciéndolo, podemos seguir hablandonos y viendonos... —soltó mirándome con ilusión en su rostro.
—por ahora no. —le respondí seca mientras me ponía de pie. —realmente odio la mentira y... —no pude seguir hablando porque ella me interrumpió.
—brisa, no le miento todo el tiempo a todo el mundo, yo solo...
—me mentiste a mi. —le dije haciendole entender que lo que hacía con los demás, no me importaba. —y eso, no lo vas a arreglar con un simple perdón. —finalicé poniendome de pie y comenzando a caminar lejos de ella dejándola sola.