Adeline, Joven altiva y adinerada que vive en la prestigiosa mansión Cavalier.
Jayden el curioso nuevo empleado el cual termina descubriendo cosas que no debía saber acerca de la familia cavalier.
No todo es lo que parece.
Y la curiosidad no siempre...
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JAYDEN
PRESENTE
Según Morel, el crimen era una determinada forma de degeneración hereditaria en la persona…
—Jay, ¿sabes que estas leyendo en voz alta? —La voz de mi hermana me hace levantar la vista hacia ella y cerrar el libro que tengo en mis manos.
Jailene es quien me está llevando a aquel pueblo al que mi abuela quiere que vaya. La verdad es que no tengo la menor idea de porque termine aceptando o el gran intereses que ella tiene en que trabaje por un mes allá.
Estuvimos hablando por teléfono justo el día después del incidente del autobús.
No dejo de decir que eso fue lo que llevo a mamá a sugerirme lo que Silvana le había dicho, aprovecho para enviarme fuera de la ciudad para así “no meterme en más problemas” como ella lo llama.
A pesar de que lo único que hago es ayudar a las personas, mamá dice apoyarme en lo que sea que estudie pero sé que no está de acuerdo con mi decisión por estudiar criminología.
Le asusta el hecho de que vaya a estar involucrado con maleantes y asesinos pero yo para nada lo veo de esa forma. Me fascina poder estudiar el comportamiento de las personas, ver mas a fondo de lo que los demás pueden ver, analizar los acontecimientos y entrar a la mente del individuo que causo el desastre para tratar de entender el porque de sus actitudes.
Conocer las razones o traumas que los llevaron a cometer el delito.
—¿leyendo en voz alta?, ¿lo estaba haciendo? —pregunto en un tono juguetón a la pelinegra que ahora me mira con el ceño fruncido.
—¡Vamos!, llevas el camino entero leyendo en voz alta —me responde con cierta ironía—. Creo que hasta memorice los nombres de los investigadores y todos los casos que aparecen allí.
Suspira y vuelve su vista al frente.
—Disculpa, es algo que hago inconscientemente —bufo—. Antes lo hacía mucho en la biblioteca, la encargada siempre miraba raro por eso.
—No tienes que decirlo, te conozco lo suficiente para saberlo —hace una pausa—. ¿Crees qué es cierto eso?.
Al principio no entendía a que se refería con eso, pero después comprendí a que se refería.
—Pues sí —vuelvo mi vista al libro que estaba leyendo y paso mis dedos por la gruesa portada—. Creo que todos aquellos que de alguna forma u otra causaron el crimen o estuvieron involucrados, tuvieron una motivación para hacerlo. A pesar de que puedan parecer lo más imprevisto posible, siempre hay algo que por años o meses te motivo e impulsó a llegar a eso.
