ABRIL 1999

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 Perspectiva Rosie

Las estaciones del año suelen durar de tres a cuatro meses, sin embargo, este invierno lo sentí más corto que los anteriores. Cuando el otoño tocó mi puerta me encontraba en un punto decisivo de mi vida: El fin del bachillerato.

Había decidido seguir los consejos de padre y estudiar economía. En el instituto me había hecho algunas buenas amigas, sin embargo, los profesores de especialidad notaban mi desidia en clases por lo cual estaba a casi nada de reprobar algunos cursos. Economía no era una carrera que me apasionara, pero era muy bien remunerada. Finalmente contra todo pronóstico, logré pasar todos los exámenes. Hacía dos meses en los cuales no había salido con Jessica, y había dejado de asistir al instituto. No habría sentido su ausencia excepto por su falta en los exámenes, pero me interesaba saber sobre ella. Le había escrito mensajes al e-mail y llamado múltiples veces, pero no había recibido respuesta alguna de su parte. Después de la cena en mi casa Horacio me llamaba "bichito.

Un apodo completamente absurdo y vergonzoso pero que no me causaba mayor problema. Nuestra relación iba viento en popa, aunque ambos ya no teníamos tanta disponibilidad como en el invierno. Era irónica la forma en cómo nuestros horarios dejaron de coincidir; yo estudiaba todos los días en la mañana y tenía las tardes y noches libres. Mientras él descansaba en las mañanas, entrenaba en las tardes y eventualmente competía por las noches. Nuestra ajetreada agenda solo nos dejaba el fin de semana para vernos. Hoy era sábado y me acompañaría a la fiesta de fin de exámenes de una amiga.

-Toc toc ¿Cómo va todo por aquí?- preguntó papá entrando a mi habitación.

-Relativamente bien, dime que no parezco desesperada en este vestido- le pregunté dando una vuelta.

-En lo absoluto, te ves como lo que eres, Rosie- dijo revolviendo mi armario y pasándome un cárdigan azul. Camine hasta abrazar a papá.

-¿No me veo muy aniñada?- pregunte con una mueca extraña.

-No, te ves como Rosie siendo Rosie, Por cierto, tu galán está esperando en la sala.

-Deberías salvarlo antes que padre lo llene de preguntas comprometedoras. Papá río y se retiró de la habitación, me coloqué brillo labial y un poco de perfume, apagué las luces de mi tocador, cerré la puerta de mi habitación y bajé las escaleras con rapidez, pude observar a Horacio sentado en los muebles.

Me sorprende que ninguno de mis padres estén sentados con él. Parece que nos han dado cierta confianza, me acerque a él, mientras sus ojos dieron un rápido recorrido a todo mi cuerpo.

- ¿Realmente quieres ir?- pregunté jugueteando con mi cabello.

- ¿Tú quieres ir?-preguntó.

-Sí.

-Pues iremos- dijo sacando las llaves del auto de su bolsillo.

-Iré a dormir a la casa de Jessica, Llegaré mañana a primera hora- dije gritando para que se me escuchara en toda la casa. Mientras caminábamos por el pasillo camino a la salida Horacio me observó con cierta vacilación.

-No dormiré con Jessica hoy, dormiré contigo- le informé cerrando la puerta de mi casa. Horacio me miró con una sonrisa ladeada. Ambos abordamos el auto, dentro del auto encendió el auto mientras se inclinó hacia mí, tomó mi cabello y lo llevó con delicadeza detrás de mi oreja. Se acercó a mis labios y los besó con lentitud mientras daba pequeñas caricias con su pulgar en mi mejilla, reposé mis manos en su cuello, podía sentir los movimientos extraños de mi estómago.

-Te ves preciosa-confesó en un susurro.

-No es cierto-respondí colocando mi nariz sobre la suya.

-Si te observaras con mis ojos, te verías como la mujer más hermosa que haya pisado la faz de la tierra. Mujer, es la primera persona que usa ese adjetivo conmigo. Sé que para muchas esa es una tontería, pero para mí era un gran hito, mis anteriores novios me habían llamado niña. Pero nunca me habían visto de esa forma, es más puede que hasta yo tampoco.

CERCA DEL INFINITO (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora