CAPÍTULO 2: El interior y exterior.

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Quería dejarlo todo y trabajar, pero no podía. Y de todas maneras su mamá no quería. Quería que terminase la preparatoria y que fuese a una buena universidad.

Pero... no había dinero. ¿A qué universidad iría? De todas maneras debía terminar la preparatoria así que ese tema de conversación con su mamá no se había discutido más.

Dejó libros en su casillero, y cerró para poder salir de allí lo más pronto posible.

Alguien tocó su cabello, haciéndolo voltear, y era Allison con sus amigos.

-El pequeño Alex irá a su cabaña podrida, ¿cierto? -le dijo Allison y luego sonrió como si de verdad lo que dijese tuviese, por lo menos, un pizca de gracia. Qué tonta.

Alex la ignoró, y siguió caminando.

-¡Oh espera! -le dijo Matt-. ¿No nos invitarás a tu casa, Alex?

Era increíble porque no se aburrían.

-¡Queríamos tener una fiesta allí! -dijo Kayla.

-¡Pero no creo qué el barro lo soporte! -exclamó Allison, y luego comenzó a reír tan fuerte que creo que se oyó hasta el otro lado del mundo.

Alex respiró hondo, y siguió su camino. No iba a responder o, bueno, estaba tratando de no hacerlo.

Al llegar a su casa, las bromas siguieron obviamente.

Y antes de que abriera el portón, Alex fue más rápido y llegó hasta él mientras sus mejores amigos quedaron hasta una cierta distancia.

-Háblanos, Alex -dijo-. O... ¿no tienes miedo? Bueno, es entendible, eres demasiado débil.

¿Miedo?

A lo único que le tenía miedo era a explotar. A enloquecer tan de repente, a romper todo a su alrededor y no tener a nadie quién pueda evitar aquello.

Abrió su portón ignorando a la rizada.

-Wow -escuchó decir a Allison.

Volteó por curiosidad, y ésta última estaba mirando su casa. Ahora sí, estaba mirando cada detalle. La estaba examinando. No entendía por qué pero seguro iba a acostar algo. Como siempre. Pensaba que, no había mucho que ver... Su casa era muy pequeña.

-¿El interior es tan horrible cómo el exterior? -preguntó Allison con expresión de inocencia. Matt y Kayla comenzaron a reír como si hubiese dicho lo mejor del mundo.

Allison miró a Alex y alzó las cejas esperando una respuesta. Y éste la miró a los ojos, no iba a responder... De verdad que no pero lo hizo y le respondió, diciendo:

-Por lo menos no está tan podrido como tu corazón, Allison.

La sonrisa de Allison se esfumó por completo, como si de verdad le hubiesen dicho la peor cosa que hubiese escuchado nunca. Quizá fue así.

-¿Qué ha dicho? -preguntó Matt-. ¡Alli! ¿Qué ha dicho?

Ella negó con la cabeza, y volteó para irse.

-Nada. Larguémonos.

-¡Oh, dinos! ¿Qué ha dicho? -preguntó ahora, Kayla.

Alex los siguió con sus ojos.

Apuesto que su casa era menos miserable que ellos.

La Casa de Alex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora