Capítulo 5

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A la mañana siguiente me levanto temprano, mamá ya se ha ido hoy le tocaba un evento en la escuela con sus alumnos por lo tanto debía estar unos minutos antes de la hora normal ella ya ha dejado el desayuno hecho, un batido de fresas mi favorito c...

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A la mañana siguiente me levanto temprano, mamá ya se ha ido hoy le tocaba un evento en la escuela con sus alumnos por lo tanto debía estar unos minutos antes de la hora normal ella ya ha dejado el desayuno hecho, un batido de fresas mi favorito con rodajas de pan y encima aguacate con un poco de chía, definitivamente mi madre me conocía a la perfección.

El día de hoy el bus no iba tan lleno, gracias al cielo incluso hasta tenia asientos vacíos, era un milagro realmente. Cuando llegue al instituto reaccione hoy no era un día común y corriente hoy en adelante la gente iba a hablar y a mirarme de una forma diferente sea para bien o mal. Cuando entre al instituto había demasiadas miradas sobre mí. Los chicos y chicas se susurraban al odio cuando pasaba en frente de ellos. Sabía perfectamente cuál era la razón de haberme ganado toda la atención. Pero era demasiado incomodo ayer solo era una alumna más y hoy soy....

-La novia de Sebastián – la voz chillona de Sasha resonó en el pasillo haciendo que obtenga más atención.

-Me puedes dar permiso, por favor – le pide.

- ¡Ja! – se mofó- Que te crees que porque tengas a Sebastián en tus manos ahora eres la reina de todo el instituto – me pregunto- Qué habrás utilizado para enredar a mi lindo Sebastián.

Mi lindo Sebastián dijo ¡Ja! Esta loca.

-Acaso te aprovechaste de él o tal vez te acostaste con él y lo estas chantajeando.

Inmediatamente mi humor cambio

La atención de todos los alumnos se impuso más, los susurros se transformaron en un bullicio.

-Sasha, no te voy a permitir que inventes cosas que no son.

No soportaba ser el centro de atención de las personas. A Sasha sí, pero tampoco pensaba dejarle fácil el hacerme trisas delante de todos.

- ¡Oh! A caso te dolió, entonces es verdad, te acostaste con él y tú con tu carita de mosca muerta eres una completa zo...

-No te lo voy a permitir Sasha.

La imponente voz de Sebastián resonó en el pasillo y los susurros empezaron otra vez. Mi mirada se encontró con la de él, se acercó a mí y me regalo una sonrisa para luego tomar mi mano. Sentí una electricidad recorrer por mi brazo.

La expresión de sorpresa y susto lleno el rostro de Sasha. Ella no espero en ningún momento la presencia de Sebastián y la manera en que él estaba a mi lado protegiéndome.

-Yo, yo... – empezó a tartamudear la imponente y destructora Sasha se había desvanecido.

-Óiganme todos – grito Sebastián – Adelaide Miller es oficialmente mi novia les guste o no, así que por tal motivo no voy a permitirles ninguna falta de respeto a ella o a nuestra relación quedo claro.

Sonaba tan seguro de sí mismo, sonaba como si todo fuera real, él estaba defendiendo algo que no es real, pero la manera en que lo dijo y su suave apretón de mano parecía creíble. Sí el buscaba que la gente se creyera nuestra falsa relación lo había logrado.

-Así que Sasha si se te vuelve ocurrir llamar a mi novia una cualquiera, tendrás serios inconvenientes – me sorprendió su manera de decirlo en forma de amenaza.

-Lo siento Sebastián, pero es que no entiendo por qué ella, habiendo demasiadas chicas mejores que ella, esto no es real Villalba, debes estar bromeando.

Empecé a sentir mi cara arder, Sasha creía que yo soy la peor chica que Sebastián puede tener de novia o valgo tan poco para ella. Tenía tantas ganas de darle una buena cachetada, pero cada vez que intentaba decirle algo o ponerme en frente de ella, Sebastián interponía su cuerpo o me daba un apretón de mano y eso me enojaba más.

-Pues la elegí a ella así que deja el drama mujer y te pido que la respetes, okey.

Sasha iba a responder, pero el sonido de la campana la interrumpió. El montón de alumnos que se encontraban en el pasillo empezaron a dispersarse.

-Te lo juro Miller que voy a descubrir que es todo este rollo – dijo tan firmemente que por un segundo sentí una sensación de escalofríos recorrer por mi nuca.

-Sasha – Sebastián pronuncio su nombre de una manera amenazadora.

Por mi lado tenía tantas ganas de darle una buena cachetada, estaba muy enojada que era capaz de arrancarles sus extensiones. Mientras ella se alejaba quería correr tras de ella y darle su merecido, pero Villalba no me dejaba.

-Hey, Hey, calma, Adelaide ya paso – pero no lo estaba escuchando, de un solo tirón me solté de su mano, no soportaba un momento más tener nuestras manos juntas.

-Es una estúpida, loca, cree que soy una cualquiera o que, jamás me brindaría un hombre para tener algo – estaba demasiado alterada y empecé a caminar de un lado a otro.

-Nunca más se te ocurra detenerme o defenderme Villalba, puedo defenderme sola no necesito de tu fuerza o popularidad para que todos me respeten, me hiciste sentir débil sabias – le grite.

Una de las cosas que más odiaba era parecer débil antes las personas y Villalba me había hecho sentir así tenía tanto coraje con él y con Sasha.

-Se te olvida algo muy importante Miller eres mi novia entiendes mi novia y si alguien está tratándote mal o diciendo difamaciones de ti obviamente voy a ayudarte o a defenderte – el también empezó a hablarme con un tono de voz alto – Adelaide mírame, mírame – sonaba un tanto desesperado y suplicante.

Estaba tan enojada que no quería nada de él, quería que desaparezca que me dejara sola, lo que él no sabía es que si seguía parado ahí hablándome de que era su novia y no sé cuántas cosas más, iba a gritarle alguna grosería y en el fondo sabía que no se lo merecía. Pero él seguía pidiéndome que lo mire.

- ¡Qué! –respondí mirándolo directo a los ojos.

-Señores la campana sonó hace más de 10 minutos se supone que ustedes ya deberían estar en clases y no aquí en el pasillo discutiendo – mencionó con un tono de superioridad. La Sra. Margot era muy estricta con los alumnos para ella era una falta de respecto llegar tarde a clases o al instituto y nosotros prácticamente estábamos faltándole el respecto en este preciso momento. Genial faltaba solo tener una citación por la subdirectora.

-Mil disculpas Sra. Margot nos distrajimos un poco pero no volverá a pasar – dijo Villalba tan calmado y respetuoso.

-Eso espero Sr. Villalba.

La Sra. Margot siguió su camino no antes de lanzarnos una mirada de advertencia. Respire por lo menos no me había ganado una citación.

-Ya es tarde Villalba debo ir a clases, te veo más luego - le dije y sin más me di media vuelta y empecé a caminar en dirección a mi salón, pero Villalba se interpuso en mi camino.

-Adelaide.

-No quiero seguir con el mismo tema – lo interrumpí - Así que por favor dame permiso para continuar – supliqué.

-No, no, no es eso, solo quiero decirte que estaré esperándote después del termino de clases – dijo reflejando una sonrisa un tanto reservada.

-Está bien, te veo en hora de salida, ahora necesito llegar a clases. Hasta luego.

Genial, pensé.



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