Las apuestas nunca tienen buenos resultados. Las personas saben perfectamente que solo tienen dos opciones ganar o perder y ambas podrían influenciar en tu vida de una manera muy significante.
Por lo cual Sebastián y Adelaide deberán descubrir exact...
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Distinto a los demás días la cafetería está repleta de gente y es que no sólo había estudiantes de nuestro colegio si no de Westt también. Por lo que salimos de ahí a buscar comida a las pancartas instaladas provisionalmente en el patio, hechas por los mismos estudiantes. Para mi suerte las miradas han censado, no del todo, pero ya no soy tanto el centro de atención, he visto que un grupo de chicas de Westt cuchicheaban entre ellas mientras miraban a mi dirección, solo decidí ignorarlas, estaba contenta porque los chicos ganaron y no quería arruinar mi estado de ánimo.
Al igual que la cafetería las mesas del patio estaban llenas, no había donde sentarse y debido a nuestras diminutas faldas el césped no era buena opción. Que frustración.
Luego de unos minutos de estar de pie, esperando un milagro que no llego, se me ocurre llevar a las chicas a las escaleras de la cancha de fútbol, es un lindo y agradable lugar, al menos para mí, y estoy segura que no habrá gente o al menos eso espero.
Al llegar solo nos encontramos con una pareja que, por las rayas de colores dibujadas en un lado de su cara, pudimos saber que la chica era de Norle y él de Westt, pero Dios, el muchacho se la quería comer viva y ella parecía disfrutarlo.
- ¡Hey! tortolitos - les grita Amara - largo de aquí, busquen una habitación, esto es un instituto, no un lugar de mimos - los chicos miran atónitos a Amara, se levantan y se van no antes de que la chica le lancé una mirada mordaz. Como diciéndole te odio por haberme cortado el mejor rollo que he tenido en mi vida.
Alexa y yo nos reímos por lo bajo.
- ¡Por Dios se la quería devorar! - manifiesta Amara, sentándose en un escalón, hicimos lo mismo sentándonos un escalón más arriba de ella.
-Apuesto a que son de primero, los de último año no son tan tontos, buscan lugares más cerrados.
Amara arquea una ceja con curiosidad.
-Y dime Alexa lo dices por experiencia o solo lo acabas de...imaginar - la mirada de Amara refleja picardía. Pero yo también estoy curiosa por su respuesta.
- ¿Qué? ¡NO! - prácticamente Alexa casi grita, sus mejillas se han puesto rojas, su reacción nos hace reír.
- ¿Y tú Adelaide? qué me dices, Sebastián ya te llevo por ahí a un lugar "cerrado" - dibuja unas comillas con sus dedos.
Me quedo fría y estoy segura que mi rostro ya no refleja ni una pizca de diversión, mis manos empiezan a sudar de nuevo, ellas me miran muy atentamente. No sé qué decir, ni qué responder.
- ¡Oh por Dios! - de pronto Alexa se emociona - Si lo ha hecho - sus ojos están demasiado abiertos.
-NO - grito, no hablo ni susurro, grito
Amara suelta una fuerte carcajada.
-Obviamente que no - dice y su boca se curva en una media sonrisa - Sebastián no es de los que andan arrinconando a una chica o llevándolas a un lugar "cerrado" - vuelve a dibujar las comillas en aire - No hasta donde sé ¿verdad Adelaide?
