ENAMORADA DE UN VAMPIRO ━━ [En curso] 《12》

Kapitel ˚ 7

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Conexión
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God Valley Island, año 1800

—¡Ōji-sama...! ¡Ōji-sama...! —exclamaba un joven con gran emoción, al correr por la alfombra roja de los amplios y elegantes pasillos del castillo. Llamaba a su amo, más este no respondía debido a que se encontraba en el cuarto de baño, relajándose en el agua caliente de la tina, donde no le podía oír—, Ōji-sama... ¡¿aún no está vestido?! —observó al entrar por la puerta sin siquiera tocar, el desespero no lo dejó pensar con claridad. Al menos contaba con toda la confianza de su amo, quien ya estaba acostumbrado a la manera de actuar del atolondrado muchacho.

—¿Qué sucede Francis, por qué la conmoción? —preguntó pacientemente, con los ojos cerrados y los brazos extendidos, uno de cada lado sobre la orilla de la tina. El lugar estaba cubierto de vapor.

—Su prometida, ¡el carruaje de su prometida ha llegado!

—¡¿Qué?! —exclamó al ponerse de pie abruptamente. En ese instante, el joven le ayudó a envolverse en la toalla—. ¡¿Y me lo dices hasta ahora?!

—Llevo rato buscándolo su alteza. —manifestó aún respirando agitado.

—Dime, Francis —hablaba secándose su roja cabellera—, ¿cómo es ella? ¿La duquesa de Isla Sol naciente?

—Oh, si su alteza me lo permite... la Gran duquesa es preciosa. —la sonrisa del pelirrojo se remarcó un poco más en la comisura de sus labios, al fin conocería la doncella que le fue prometida desde el día de su nacimiento—, sus hermosos rizos caen por sus mejillas color rosa, adornando su fino y delicado cuello. Su piel luce tan tersa que...

—No sigas Francis, me pones aun más ansioso por conocerla. —le pidió sonriendo de una manera que denotaba dicha emoción.

—Su alteza... —hizo una reverencia al sonreír. Ver a su noble amo feliz, era un sentimiento indescriptible.

—Francis ayúdame —le pidió al comenzar a vestirse con sus elegantes y finas prendas para la ocasión.

No tardó mucho en encaminarse a toda prisa por los pasillos hasta llegar al salón, donde miró a la Gran... bueno, sin su título nobiliario se le podría llamar la pequeña duquesa.

Ella estaba de espaldas a él, observando los enormes cuadros que colgaban de las blancas paredes, en estos se podían apreciar algunos miembros de la realeza, y anteriores monarcas de ese reino. Cada retrato resaltaba debido a sus marcos color dorado, era algo muy elegante, pero nada podía sobresalir más en aquel amplio e iluminado espacio, que la pequeña silueta y la blanca piel de los hombros y nuca de la duquesa, quien parecía murmurar algo gracioso, puesto que las dos damas que le acompañaban reían con ella de manera suave y agraciada.

—Su alteza Imperial, Rocks D. Shanks I... príncipe de God Valley Island, Gran duque del West Blue, regente de las provincias de nueva Grand Line —anunció uno de los dos heraldos presentes, haciendo notoria la presencia del joven.

—La Gran duquesa de Isla Sol Naciente (T/a) (T/n) —presentaba el segundo de los heraldos. La mencionada volteó cuando el nombre de su prometido fue pronunciado—. Le acompañan sus damas; Navratilova Anna, y Moria Marie.

Las dos chicas hicieron una reverencia, pero nada más le importaba al príncipe Shanks en ese instante, que la conexión que su mirada había establecido con esos ojos castaños que lo veían con asombro.

La duquesa de Isla Sol Naciente había estado haciendo chistes con sus acompañantes, sobre quién de los señores mayores de los retratos sería su prometido, no esperaba que se tratase del joven pelirrojo que la veía con esa chispa de agrado y mucha admiración.