ENAMORADA DE UN VAMPIRO ━━ [En curso] 《12》

Kapitel˚16

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Ella es mía
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—¿Que me vista? —replicó nerviosamente al saberse desnuda. Se cubrió con la sábana y después cogió el vestido que Katakuri le arrojó—. ¿Que debemos irnos? —se colocó la prenda por sobre la cabeza para después meter los brazos en cada uno de los depósitos. Se puso de pie—. No iré a ningún...

—¿(Tn)? —habló Katakuri al notarla hacer un gesto de dolor. La notó tornarse pálida—. ¡(Tn)! —exclamó justo al apresurarse a atraparla en sus brazos, dado que ella se había desmayado.

—Buenos días —se escuchó decir a una voz grave y masculina.

Katakuri volteó sobre su hombro aún estando agachado con la mujer en sus brazos, y se puso de pie para darle la cara al tipo que se encontraba frente a él. Se distrajo tanto con la caída de (Tn) que no supo de una tercera presencia sino, hasta que escuchó la voz del susodicho.

—Dracule Mihawk —dijo Katakuri, muy serio.

—Charlotte Katakuri —respondió Mihawk. Su semblante era relajado.

—¿A qué le debo el honor de tu repentina visita?

—He venido por la duquesa. —declaró, notando como muchas venas se remarcaban en la frente de Katakuri, luego de que éste frunciera el ceño.

—Ella es mía.

—¿Y en qué se basa tal declaración?

—No es asunto tuyo.

—La cosa es, Charlotte, que sí me incumbe. —alegó fingiendo serenidad. ¿Que (Tn) era suya? Bah! Ya suficiente tenía con saber que Shanks sería el marido de ésta—. Ella es la prometida de mi mejor amigo, el príncipe de este reino, y en su ausencia, soy el responsable.

—Vaya, excelente trabajo el que has hecho.

—Tuve unos inconvenientes, sí, y creo que es algo de lo que quizá te interesaría oír.

—No me interesa en lo absoluto.

—¿Ah no? —miró a su alrededor—. ¿Y si se trata de Akamori Jin y Matsuri, su aprendiz?

—¿Qué?

—Así es, Charlotte —se llevó las manos a la espalda, de manera agraciada, donde entrelazó los dedos mientras veía a su alrededor. El sitio parecía ser la casa de un humilde leñador. Era el lugar donde menos se creería que el príncipe Charlotte pasaría por un simple aldeano.

—¿Qué con esa mujer?

—Entrégame a la duquesa y te daré la información que necesitas. —extendió sus brazos, como esperando a que Katakuri le diera a (Tn).

—Ella es mía, ya te lo dije.

—No he venido a enfrentarte, Charlotte, pero quiero que sepas que no tengo problema en hacerlo si de ella se trata.

—Es mi luna.

—Es mi luna también. —contrapuso de inmediato.

—¿Qué? —inquirió con enfado.

—No puedes culparme, está en su naturaleza hechizarnos, después de todo su gen es el dominante, y el nuestro es su sirviente. —miró a Katakuri fruncir el ceño—. Estoy seguro de que a estas alturas ya sabes lo que ella representa.

Pero claro que Katakuri estaba al tanto de que (Tn) era la encarnación de la que las leyendas hablaban, aquella que estaría por encima de cualquier alfa de cada manada o de lo que quedara de ellas, porque simple y sencillamente era la poseedora del espíritu de Silver, quien en su tiempo fuera la madre de los primeros lobos albinos.