Capítulo 02: Aquello que no quedó en el pasado.

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La verdad no pensaba que me tardaría tanto en escribir esto, estaba a punto de meter más cosas y retrasar la aparición de un par de personajes, pero es mejor que las cosas vayan con calma. Si bien esperaba poner una escena de Bell persiguiendo criminales como un asesino encapuchado, creo que lo mejor será ir exponiendo lo que sucede en la ciudad, creo que este primer arco tardará otros 6 capítulos más, pero ya que, disfruten del capítulo.

Todo temblada, los edificios estaban colapsando, las calles estaban manchadas de sangre, y una gran explosión arraso con todo lo que estaba a su paso. Aquella poderosa luz que había destruido una gran parte de la ciudad, había sido provocada por una mujer de cabellos plateados, que corría con un niño en sus brazos. Aquella noche fue dolorosa para todos, aquella noche, ese niño lo había perdido todo, y Bell recordaba cada vez más seguido aquel suceso, recordando con cada vez más nostalgia, los brazos de esa mujer alrededor de su cuerpo, pero al abrir los ojos, ella ya no estaba.

 Aquella noche fue dolorosa para todos, aquella noche, ese niño lo había perdido todo, y Bell recordaba cada vez más seguido aquel suceso, recordando con cada vez más nostalgia, los brazos de esa mujer alrededor de su cuerpo, pero al abrir los ojo...

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Ojos rojos que brillaban en la oscuridad, cabellos blancos que se volvían negros cuando el cazador salía a buscar a su presa. Se movía como si fuera una sombra, deslizando de manera sigilosa entre los techos y los callejones, aquel joven no había renunciado a luchar, incluso si le costaba la vida en el proceso, no dejaría que algo parecido volviera a suceder. Era el monstruo con el que las madres asustaban a sus hijos para que se fueran a dormir, era la bestia que rondaba por las calles, era quien podía arrastrarte sin que nadie se diera cuenta, y solo hasta el día siguiente, todos se darían cuenta de que estabas muerto, todo eso y mucho más se contaba sobre él, todo eso y mucho más, era cierto.

Los cementerios estaban a punto de llenarse, aquel desastre podía haberse reparado, pero aún quedaban los recuerdos, aun había muchos de ellos en ese lugar. Casi cada noche, Bell rodaba por las calles, buscando a los hijos de Cratos, encontrándolos antes de que ellos lo encontraran a él. Pistas, señales, hasta el más mínimo indicio lo hacían correr en medio de la oscuridad para buscarlos. Los cementerios se estaban llenando, y él era uno de los responsables.

- Bell - dijo la voz de una mujer - Bell despierta - sus ojos se estaban abriendo, encontrando a esa que lo estaba llamando - ya es muy tarde, despierta Bell - aquel pequeño se levantó, era tan solo un chiquillo de cabellos blancos, y la mujer a su lado, era quien lo cuidaba, no solo a él, también a todos lo que perdieron a sus padres esa noche.

- Estoy muy cansado, solo quiero dormir un poco más - su voz se escuchaba temblorosa, volvió a cubrirse debajo de las sabanas y le pedía que se fuera, pero ella seguía insistiendo - ¡No quiero salir de aquí! - le grito Bell - por favor señorita María, déjeme quedarme aquí, solo por hoy.

- ¡Ya levántate! - dijo de nuevo, pero la voz que lo llamaba había cambiado - date prisa y levántate holgazán - aquella mujer estaba agitando su cuerpo con fuerza, Bell estaba molesto, la sabana salió volando y con un potente grito le dijo.

- ¡Ya déjame en paz! - Eina estaba asustada, el grito de Bell la había tomado por sorpresa, y en cuando este se dio cuenta, se cubrió la cara con una de sus manos, y aparto la mirada - lo siento, no queria, no pretendía asustarte - Eina estaba algo confundida, pero luego se dio cuenta de algo.

Bell Cranel. La sombra sobre Orario [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora