«Zonas de Rojo, Gris y Negro»

11. G

al mirar hacia abajo, solo podía ver autos de juguete y muñecas andar por la calle.

"hazle un favor al mundo y desaparece..."

"nadie te quiere; nadie te va a extrañar..."

"¿sabes que esto es mejor que las cortadas?"

"si saltas, podrás volar como desde niña has soñado..."

sam, eric, maro y jen me repetían lo mismo.

que dejara de vivir. que dejara de existir.
que al saltar, me liberaría de todo. dejaría de ver los rostros de estas criaturas asquerosas haciéndose llamar personas.

los chicos que mencioné anteriormente, no son ni más ni menos que mis cuatro personalidades.

aunque a veces pienso que son una sola y se les ocurrieron los nombres para distinguir la voz.

en fin, ellos me han acompañado toda mi vida.

desde niña al llegar del colegio, mi papá me servía la comida, y yo le decía que pusiera cuatro asientos más.

él lo tomaba normal, como que su hija tiene amigos imaginarios y toda esa mierda.

gran error, mi querido padre.

hoy en día, sigo conviviendo con él, pero no precisamente interactúo con él.

verás, lo maté hace unos años, lo metí a un cajón de cristal y lo puse como trofeo en su propio estudio de trabajo.

ya que él siempre fue tan egocéntrico teniendo una foto suya en su escritorio, le hice el sueño realidad de que siempre se admiraría, día y noche.

¿cómo así? pues, frente a su cajón, hay un espejo de cuerpo completo, a lo lejos, pero se le aprecia igual.

fue satisfactorio dejarlo allí pudriéndose en su miseria de casa, la cual -no tan- lamentablemente no pude ni puedo llamar hogar.

y aquí estoy, al borde de un edificio, debatiendo en mi mente las ventajas y desventajas de morir.

¿ventajas? dejaría este mundo lleno de gente hipócrita.

¿desventajas? no podría seguir torturando a los demás.

oh sí, es mi pasatiempo favorito.

créeme, si pagaran por ello, no estaría pensando en tirarme de un edificio, pudiendo haberme ahogado en mi jacuzzi luego de una copa de vino y una buena cogida con alguno de mis empleados.

me imagino muchas cosas en tan poco tiempo, es un don.

pero en fin. está decidido.

me tiro de aquí.

siempre quise hacer paracaidismo.

esto es parecido, solo que sin la tela y sin la seguridad de que no tocarás el piso, hecho puré.

bueno, adiós.