𝐂𝐥𝐚𝐬𝐞𝐬 𝐒𝐨𝐜𝐢𝐚𝐥𝐞𝐬 [𝓜𝓪𝔂𝓵𝓸𝓻] ~AU

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A veces perdemos la noción de la vida misma por motivos irrelevantes que nos lleva a descuidar lo que en verdad nos importa.

Cansado por el desvelo provocado por la angustia y pesar que sentía Brian, sentimientos que poco a poco se transforman en culpa y dolor por haber abandonado al niño que juró proteger con su vida misma, miraba el a un punto ciego mientras que en su pecho reposaba el retrato que hizo John hace un tiempo. Se aferraba a él como sí su alma dependiera de ello. Mientras que en momentos cortos su mente era invadida por esos bellos ojos de muñeca color azul de su rubio y bello compañero

Giró su rostro ligeramente a la derecha para ver la hora que su reloj marcaba.

*/2:37 a.m./*

Se levantó de la fría y solitaria cama recordando como hace una noche durmió junto al mismo niño que ahora le provocaba aquel horroroso desvelo, tras recordar el la sensación vivida por sus dedos al rozar con delicadeza la cicatriz que esta ubicada en la curvatura de la blanca y suave espalda de John lo hizo sonreír a la vez que miraba sus manos mientras su cuerpo se estremecía sin saber el motivo. Y sin darle tiempo a reaccionar su manos y su cuerpo recordaron el bello y cálido sentimiento vivido unas horas atrás con el chico de rubios cabellos y rostro delicado que sin más lo compraba con el rostro de un ser divino que a venido a la Tierra para estar con él.

¿Así de egoísta era?

Sosegado por el cansancio y la falta de aire ocasionada por la desesperación, se encamino al jardín de la enorme mansión. En pijamas cortas se levantó, abriendo delicadamente la puerta su habitación para no ocasionar un ruido molestoso, miró lado a lado para confirmar la no presencia al algún pereciente al servicio de la casa, bajando las enormes escaleras en silencio para no despertar a nadie hasta llegar a la parte trasera de su casa para poder llegar a su jardín. Abrió la puerta que lo llevaría a su destino, apenas la puerta estuvo abierta en su totalidad; una ráfaga del frío viento que soplaba con furia chocó contra el casi descubierto cuerpo del triste, desesperado y confundido hombre, aún así no le importó. Salió con rapidez, corrió con desespero a la par que sus pies en desnudez tocaban la fría hierva que decoraba el jardín mientras corría por el mismo sin coherencia alguna en su mente, su corazón empezó a latir a un ritmo tan rápido que al ser escuchados de cerca era como sí de una intensa lluvia de balas se tratase, luego de pasar unos minutos corriendo sin rumbo, dejó caer su cansado cuerpo en el césped sin darse cuenta las lágrimas empezaron a distribuirse por todo su frío y pálido rostro, su pecho subía y baja sin constancia pero con rapidez tratando de recobrar el ritmo usual de su respiración, en su mente ahora más despejada la imagen de aquellos chicos que causaban tal conflicto emocional empezó a aparecer, invadiéndolo sin piedad.

Sus imágenes lo acosaban sin bondad.

Su cuerpo y mente divagaba en confusión recordando las 

sensaciones sentidas por aquellos chicos que

de pronto lo tenía ahí recostado en el suelo.

¿Por qué?

Tapando con fuerza su rostro con ambas manos pensaba.

*//¿¡QUÉ ME ESTÁ PASANDO?! ¿¡QUÉ MIERDA ES ESTAS?!//*

Cuando el alma y el corazón están en desacuerdo es muy difícil conseguir una respuesta a las dudas provocadas por la confusión que nos provoca estas sensaciones que tanto nos torturan.