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Un omega de cabellos castaños y con un olor dulce a maracuyá con albaricoque, caminaba de forma apresurada directo hacia la cafetería de la escuela, mientras que un alfa de melena risada suspiraba embobado al verlo pasar frente a él.
"- Está cerca – escucha decir a su omega, pero su apetito es más grande, así que decide ignorarlo y seguir con su camino"
El alfa vuelve a soltar un suspiro al sentir levemente el aroma de su omega.
"- ¡Es tan hermoso! – comenta su alfa agitando emocionado su cola de lado a lado
- Lo es~- contesta embelesado ante la belleza de su omega"
Escucha un bufido a su lado, regresándolo al presente. Mira al beta a su lado, volviendo a prestarle atención.
- ¿Qué? - pregunta confundido ante la mueca de su amigo
- ¿Qué esperas para ir y acercarte? - contesta con otra pregunta irritado
- ¿Preguntarle? - frunce los labios confundido, haciendo una "O" con sus labios al recordar - ¿Ahora? ¿No es demasiado pronto? - el beta suspira cansado
- Aristóteles, no me quede toda la noche en tu casa planeando para nada - se levanta de la banca donde ambos estaban sentados - Así que es momento de ponerte los pantalones e ir con Temo - levanta al alfa
- P-pero...
- ...pero nada - lo interrumpe - Ahí esta él - lo señala - Vas - con un empujón, acerca al alfa unos cuanto pasos al omega
Ante la fija mirada irritada de su amigo, Aristóteles se acerca al omega, quien se estaba poniendo nervioso desde que sintió aquel aroma que lo relajaba y alteraba.
- Hey, Temo - el alfa se sento a su lado - ¿Qué tal?
El omega lo ignoro, a decir verdad, aún seguía dolido por el visto del día anterior.
- ¿Temo? - quiso tocarlo pero el omega se alejo
"- ¿Qué le hiciste? Nuestro omega esta triste - comento su lobo"
¿Triste? ¿Por qué lo estaría? ¿Hizo algo malo?
- Temo, ¿Estás bien? - pregunto preocupado. El omega solo giro su rostro del lado opuesto al alfa - Oh, eso responde mi pregunta
"- Temo, ya perdónalo, o se va a poner mal- suplico su lobo, pero Temo aún seguía molesto y dolido"
- Hice algo mal - pregunto - Sí fue así, lo siento, nunca quise lastimarte, solo que...no se que fue
- Ayer...- escucho decir en susurros - te pregunte algo y no me respondiste - el alfa ahora comprendía
- ah, era eso - el omega lo miro molesto ante la frialdad de su palabras - no me malinterpretes, pero no te conteste porque necesitaba hacer algo
- ¿Qué cosa? - pregunto curioso
- Mejor te lo muestro - se levanto tomando la mano del omega
Aristóteles llevo a Temo a uno de los salones vacíos, allí se encontraba una guitarra. El alfa se acerco y la tomo, tocando un par de acordes.
- Siéntate - pidió amablemente
El omega obedeció, tomando asiento al pupitre frente al escritorio, pues el alfa se encontraba apoyado en este.
- Espero te guste - le regalo una sonrisa
Pronto, una melodía se hizo presente.
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- Eres... - comenzó a cantar - Lo que más quiero en este mundo, eso eres...- el omega sonrió - Mi pensamiento más profundo también eres...Tan sólo dime lo que hago, aquí me tienes
Eres Cuando despierto, lo primero, eso eres Lo que a mi vida le hace falta si no vienes Lo único precioso que en mi mente habita hoy
Qué más puedo decirte Tal vez puedo mentirte sin razón Pero lo que hoy siento Es que sin ti estoy muerto, pues eres Lo que más quiero en este mundo, eso eres
....
Cuando el alfa termino, vio al omega que tenía una sonrisa en su rostro y sus ojos brilloso por las lágrimas.
- Temo, ¿Me dejaría cortejarte? - saco una rosa y se la extendió al omega
- Puedes - respondía con una sonrisa, abalanzándose a los brazos de su alfa
- Seré el mejor alfa que puedas tener - comento
- Ya lo eres, Aris
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