Suena lindo cuando él lo dice.

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Narra Geraldine

Ha pasado un día desde que Andrew se fue y mi cabeza estaba hecha un lío.

No entendía la razón por la cual me había mentido, a estas alturas Adria estaba a muchos pasos delante de mí y yo no podía hacer nada para cambiarlo.

Mientras caminaba en dirección a la escuela iba viendo el suelo, el asfalto estaba agrietado gracias a que llevaba muchos años siendo pisado por personas como yo. Así me sentía, pisada por aquella chica de gabardinas elegantes que ahora era dueña de un gran pedazo del corazón del chico que me gusta.

Al llegar a la escuela me dirigí al salón, sin ánimos y con la mente clara en qué no podía mirar a Andrew ni siquiera por un segundo, él no quería que volviera a hablarle.

Cruce con paso decidido la puerta y espere encontrarme con el chico de lentes y audífonos colgando del cuello, pero no, él no estaba ahí.

Me senté en mi lugar, esperando a que llegara y yo pudiera meter mi cara en la mochila para luego pedirle disculpas y decirle que eso no volvería a ocurrir, pero no lo hice porque Andrew no llego.

El sonido de mi celular interrumpió mi sesión de estudio, estaba intentando ponerme al corriente con lo que veríamos el día de hoy.

Tomé el teléfono y vi que era Luca.

—Hola— saludé sin muchas ganas.

—Hola, ¿Puedes salir un segundo a las gradas por favor?

—Claro, te veré ahí en un momento.

—De acuerdo— luego colgó el teléfono.

Junté mis cosas y las metí en mi mochila y en menos de lo esperado estaba buscando a Luca en las gradas

—Aquí estoy— escuché que me gritaban desde el otro lado.

—Hola— dije cuando pude acercarme a él.

—¿Tenemos clase? —me preguntó y yo no podía creer que él no supiera el horario.

—No, desde hace una semana el profesor dijo que mandaría todo por correo electrónico ya que se cayó en la escaleras y ahora tiene el brazo roto.

—Ah, claro. Solo quería decirte que Andrew me dijo que te dijera que no va a venir en un buen tiempo, tal vez un mes o dos— su mirada fue a otro lado.

—¿Andrew te dijo que me dijeras? —intente que mi voz no sonara tan desesperada.

—En realidad no, pero creí que estarías muy preocupada si no lo veías por ningún lado, así que quise decírtelo— volvió a verme.

—Tranquilo, no me importa en lo más mínimo que haga—le sonreí y mentí.

—¿A caso ustedes dos volvieron a pelear?

—Si, pero esta bien, creo que eso fue lo mejor para ambos.

—Creí que te gustaba... —volteó a otro lado, estaba nervioso.

—¿A mí?

—Si.

Pues estabas en lo correcto.

—Yo también lo creí— le sonreí.

—Entonces si no te gusta ¿Por qué lo preferías a él? —Luca estaba impaciente por escuchar mi respuesta

—No lo sé, era mi único amigo.

—¿Y yo estaba pintado o qué? —se rio.

—Claro que no, pero, él era diferente. Me hizo perder el tiempo, nunca debía haberle hablado, estoy segura de que todo hubiera salido mejor que esto.

La vida no es una tonta novela de Wattpad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora