Lindos nombres, pésimas personas.

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Caminábamos hacia mi casa, tenía mi mente enfocada en cómo iba a presentarle a Andrew a mi mamá, jamás nadie había conocido a mi mamá, menos un chico.

—Geraldine, ¿Estás bien? — me saco de mis pensamientos.

—Si, creo.

—¿Estás nerviosa porque voy a conocer a tu mamá? —me miró y luego me dio un codazo.

—Claro que no, solo que no sé qué me va a decir mi mamá, tampoco sé cómo actuar o como voy a presentarte...

—Entonces sí estás nerviosa. Tranquila, puedo irme y dices que tuve un percance, no tenemos que hacer algo que no quieras.

—No es eso, solo que jamás he llevado a nadie. Estaré bien— dije y le sonreí.

Seguimos caminando, lo que acababa de decir se me hizo inmensamente lindo, fue muy considerado conmigo y no quería hacer nada que yo no quisiera a pesar de que fuera algo pequeño.

—Vives más lejos que yo— su vista ahora estaba fija en el pavimento.

—Sí. Mi casa está a 20 minutos de la tuya y a 15 de la escuela— volteé a verlo.

—¿caminas esto siempre?

—Sí, son pocos minutos de aquí a la escuela, así que aprovecho para escuchar audiolibros mientras camino, por eso el día que nos conocimos no te escuché.

—Yo siempre voy en auto mis padres lo mandan para que verifiquen que entró a la escuela. Que extraño a mí me hacen eso y a ti te dejan vivir sola.

—Hace poco vivo sola, antes estaba aquí con mi mamá— dije y le sonreí.

—¿Y qué pasó?

—En realidad nada, solo que ella extrañaba su casa y yo quería quedarme aquí, así que comencé a trabajar en una cafetería para pagar una parte y mis papás pagan el resto.

—¿Trabajas? —preguntó incrédulo.

—Si, solo los fines de semana, no le digas a nadie por favor

—Claro— y sin preguntar más seguimos caminando.

Después de lo que me parecieron horas y en realidad fueron minutos llegamos a la entrada de un edificio, tenía ocho departamentos de tamaño promedio, caminamos hacia adentro y subimos al ascensor, presioné el botón que correspondía al séptimo piso y en menos de lo que pensé ya estábamos parados en frente de la puerta de mi pequeño apartamento

—¿no piensas abrir? —Andrew me miró de forma bastante divertida.

—Cierto— estaba que me moría de nervios ¿La razón? No la sabía.

Metí la llave en la cerradura de la puerta, luego le di un leve empujón para que aquella se abriera.

—Pasa, eres medio bienvenido— dije y antes de que Andrew pudiera pronunciar palabra alguna, la voz de una mujer de mediana edad se hizo presente.

—¡Hola, cariño! Al fin llegaste de la escuela—dirigió su mirada hacia Andrew—Creí que no lo traerías, eres muy guapo.

—Usted debe de ser su mamá, aunque siendo sincero, parece su hermana— payaso y barbero.

—Mamá, lo harás sentir hostigado— rodé los ojos.

—A mí no me hostiga, tranquila— Andrew contestó y luego le sonrió.

—Me alegra que mi hija este saliendo con alguien, hasta creí que era lesbiana—me atraganté con mi propia saliva.

—¡Mamá! —mi voz estuvo cargada de vergüenza y fastidio, me abrí paso y ellos vinieron detrás de mí.

La vida no es una tonta novela de Wattpad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora