Parte sin título 7

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Capítulo 7.

Me di la vuelta y vi a Germán acostado.

-Solo estaba soñando- pensé- que alivio- suspire.

Salí de la habitación, baje las escaleras y fui a la cocina, antes de cerrar la puerta le di un último vistazo a la casa, que dolor, ellos me criaron como uno más de la familia, no podía creer que les pagaba con sólo sufrimiento. Es que no es la primera vez que Germán llega así a la casa, Lía me comentó que antes no tomaba, asique supuse que él bebe por mi culpa, aparte mi padre le pego, y dios sabrá que habrá pasado si mi madre no los interrumpía. Cerré la puerta lentamente, cuando faltaba 10 centímetros para cerrarla por completo oí un grito.

-Hay no- dije susurrando, Germán.

Cerré por completo la puerta y corrí lo más rápido que pude, conocía a Germán y el  ya no estaba soñando, seguro había ido a la habitación de Lía y leyó la carta o simplemente no me vio pero igual.

Llegué a una esquina y me recorte por el poste del semáforo, suspire, conozco a Germán y sé que si hace rato no leyó la carta ahora lo estará haciendo y el vendría detrás de mí, y no me permitiré seguir haciéndolo sufrir. Ya recuperando todas mis fuerzas, me incorpore y seguí con la caminata.

Cuando por fin estaba en la puerta de mi "antes" llamado "hogar", suspire, lo que me extraño es no escuchar griteríos, abrí la puerta y percibí un olor a canelones, - seguro mamá los hizo para papá - pensé, subí las escalera cuando alguien enciende la luz de la sala.

-Angy eres tú- pronunció mamá a mis espaldas.

- Si regrese- argumente.

-Cariño te necesite tanto estos últimos días - dijo mamá dándome la vuelta y abrazándome.

-Yo también - dije en una voz quebrada, quería tirarme en cualquier lugar y llorar, era tan raro que  mamá me hable, y más raro que diga que me extraño y que me necesito.

-Debes acostarte, seguro estas agotada y mañana tienes colegio, sugiero que vayas a tu habitación y duermas- dijo mamá acariciando mis mejillas, de repente comenzó a llorar, si consolación alguna - no sabes la falta que me hiciste estos día cariño.

-Y papá- pregunte.

-Él... Él, es mi problema hija - dijo mamá llorando peor.

-Que pasó - volví a preguntar.

-Él se enfureció después de que lo haya separado de tu amigo, y se fue de la casa, no vuelve desde entonces, y estoy muy preocupada.

-Lo amas- pregunte de la nada.

-Y no sabes cuánto, por eso peleaba con él, porque me interesa y me importa su bienestar.

-Ustedes siempre fueron así- dije en un tono tímido.

-Claro que no, el problema eran sus padres, nunca me aceptaron por ser de clase baja, y pues eso hizo que los dos pelearnos, cuando tú naciste me hablando más, pero luego tu abuela tuvo el descaro de decir que yo engañe a tu padre y que no eras hija suya- mamá continuo  contando su historia, en verdad siempre tuve un punto de vista errado, ellos si se amaban, el problema eran los Fernández, nunca aceptaron a mi mamá, sin darnos cuenta comenzó a amanecer y yo no dormí.

-Hija creo que hoy no iras al colegio, no dormiste nada por mis aburridas anécdotas.

-Aburridas, mamá, yo siempre quise saber si tú amabas a papá, y saber que lo haces me hace a mi ser también feliz.

Mamá largo unas lágrimas- Ve y duerme te hará mejor, no quiero que  tengas ojeras.

Yo asentí, me levante de la silla, puesto que cuando hable con mamá fuimos al comedor para estar más cómodas, me acerque a mamá y la abrace, se sentía bien, como los abrazos reconfortantes de... Roger.

Si Pudieras QuerermeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora