Capitulo 13

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Rusia y Venezuela salían felices del Banco, en especial Venezuela.

-Cuatro millones de dólares!- dijo el venezolano emocionado -Dios mío que haré con tanto dinero, sabes? Comprare un edificio, no no no espera una manzana y mandare a mis hermanos a....

-Oye espera que vas a hacer?- lo interrumpo Rusia -Espera espera, tengo una idea- Rusia detuvo su andar -Saca el cheque.

-Buena idea, tienes razón, mucha razón, debo sacar el cheque y ponerlo donde nadie lo encuentre- le dijo Venezuela.

-No no no, dónalo- le dijo el ruso.

-...No! Si lo dono lo pierdo y cualquiera lo encuentra- decía Venezuela.

-Pero no es dinero tuyo, nunca dije que fuera tuyo- Venezuela cambio su expresión a una triste -Esta manchado de sangre, me mataron por tenerlo así que dona el cheque.

-No pero...Rusia! Que vas a hacer con el?- le preguntó el venezolano.

Rusia volteó la cabeza -Mira hacia allá- le dijo el ruso -a tu izquierda.

Venezuela volteó a su izquierda tal y como dijo el eslavo pero al hacerlo notó una pequeña campaña de monjas pidiendo fondos.

-Ah no! No querrás que le de este dinero a esa manada de monjas!- dijo Venezuela molesto.

-Venezuela si no lo haces te van a encontrar, tu única protección es deshacerte de el- el ruso trato de de hacer entrar en razón a Venezuela.

-Ay Rusia vamos me muero son cuatro millones de dólares!- insistía el latino.

-Vélo de esta manera- le dijo Rusia -te irás al cielo.

-No quiero ir al cielo! Quiero ir a un banco a cambiar el maldito cheque!- dijo Venezuela enojado mientras caminaba hacia las monjas.

-Me lo agradecerás- le dijo Rusia mientras Venezuela saludaba a las monjas y doblaba el cheque, Venezuela saco una pluma para firmar el cheque
-Firma Damián Miller.

-Ya lo se!- le dijo el venezolano molesto -No puedo creer que me hagas hacer esto- las monjas lo empezaban a mirar raro.

-Dáselo- le dijo el ruso.

-Ya voy ya voy, solo quiero sentirlo otra vez..

-Dale el cheque a la señora.

-Ya voy!- le gritó el latino de estrellas, Venezuela solo se quedó parado, en verdad no quería entregar tanto dinero.

-Entrégaselo, se que puedes- le dijo el ruso, Venezuela no quería y empezaba a sudar -Dale el cheque.

-Está bieeeen!- le dijo el venezolano muy molesto mientras le sonreía a la monja y le daba el cheque.

-Dios te bendiga- le dijo la monja, solo que había un inconveniente, Venezuela no soltaba el cheque y no quería soltarlo, Venezuela reía para ocultar sus ganas de llorar.

-Suéltalo ya Venezuela!- le dijo el ruso pero este no parecía hacer caso -Suéltalo... suéltalo!.

Venezuela por fin lo soltó y se retiró bastante enojado -Maldita sea.

-Me enorgullezco de ti- le dijo Rusia.

-Y que que estés orgulloso de mi! No quiero volver a verte!- le gritaba el venezolano enojado -Que va a hacer con el esa monja no puede ni comprarse calzones! Nada! Te odio! Déjame en paz no me vuelvas a hablar!.

Rusia solo se quedó ahí parado mientras veía como su amigo se iba molesto -Creo que eres asombroso Venezuela!.

Venezuela se volteó aún molesto y le sacó la lengua a Rusia y volvió a retomar su camino lo cual le hizo sacar una risa a Rusia.

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