Capitulo 7

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Rusia seguía a aquel hombre por las calles hasta bajar al metro y entrar al tren en el que el hombre se había subido, al entrar solo se le quedó viendo bastante molesto esperando a llegar a donde sea que iba a ir aquel hombre, mientras veía a aquel tipo noto como un señor ya algo viejo de no muy buena perspectiva lo miro y se empezó a acercar a él rápidamente lo cual asustó a Rusia haciendo que caminara hacia atrás.
El señor había tomado a Rusia de la camisa mientras este se intentaba sacarse de su agarre pero en un movimiento la cabeza de Rusia atravesó la pared del metro.

-Oye que estás haciendo?!, que estas haciendo suéltame estás loco?!- Rusia al voltear se percato de que venía otro metro lo cual hizo que soltara un grito, pero antes de que el metro lo llegara a alcanzar el señor lo levantó.

-Es mi tren!- le gritó aquel señor mientras lanzaba a Rusia fuera del vagón entre ambos vagones, el señor lo vio a través de le ventana y le pego haciendo que esta se partiera en pedazos lo cual dejó a Rusia muy confundido.
-No vuelvas este es mío!- le volvió a gritar para después irse.

Después de aquel incidente el metro paró y Rusia se dispuso a seguir otra vez a aquel hombre que lo había asesinado.

El hombre al fin había llegado a su paradero, en un edificio con muy mala pinta, al entrar el hombre puso una tipo de contraseña para entrar, Rusia se percató de esto y vio que era el nombre de aquel tipo "Polonia" era su nombre.

Rusia lo siguió hasta que Polonia entró en una habitación marcando a alguien desde su teléfono.

-Soy yo, no lo conseguí- dijo Polonia mientras hablaba con aquel desconocido -Regresó el, dentro de un par de días volveré- dijo Polonia lo cual llamó la atención de Rusia -Cálmate, lo conseguiré- dijo para después colgar,

-Que cosa?, quien eres tú, que quieres de nosotros- dijo Rusia con un tono de vos demandante, Rusia observó cómo Polonia observaba la cartera de México lo cual lo dejó helado -no... no te le vas a acercar- Rusia temía por su amado -Estas oyéndome? digo que no te vas a acercar!.

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Rusia salió de aquel espantoso lugar, empezó a caminar mientras pensaba que podría hacer, Rusia al caminar un poco más se percató de un pequeño puesto que se llamaba "Consejera espiritual" lo cual llamó la atención del ruso así que se dirigió al lugar dispuesto a buscar ayuda.

Al entrar se percató de varias personas que estaban sentadas esperando su turno hasta que alguien abrió la puerta llamando a unas de las personas que estaban afuera esperando.
Rusia entro a aquel cuarto decorado de una forma bastante peculiar, aquella mujer las cual había sido nombrada se sentó frente una gran mesa mientras los otros dos chicos se paraban junto ella, uno de ellos abrió una pequeña puerta en la que no había nada y la volvió a cerrar.

-Nuestro hermano estará pronto con nosotros- dijo aquel chico, Rusia solo veía la escena curioso.

-Hermano Venezuela haznos el honor de tu presencia clarividente, aparece ante nosotros- dijo el otro el chico.

Aquella puerta que antes había sido cerrada se volvió a abrir para revelar a un chico con extrañas vestiduras.

-Señora Santiago?- dijo aquel chico mientras miraba a la mujer.

-Buenos días- mencionó la mujer impresionada.

-Soy Venezuela, entiendo que quiere hablar con su esposo- dijo mientras recibía una señal de afirmación por parte de la mujer- Hoy podrá estar presente.

-Oh gracias- dijo la mujer.

-Vera señora, es muy misterioso ese otro mundo, así que debe creer usted también en el- dijo mientras se sentaba en frente de aquella mujer -Dígame, es usted creyente?.

-Oh si, yo creo, yo creo

-Entonces de empecemos- dijo el venezolano para después cerrar los ojos, después de unos segundos se empezó a remover en su asiento y a quejarse, mientras Rusia solo veía un poco confundido aquella escena.
-No puedo, no puedo es muy difícil, no consigo hacer contacto y no siento que...- cuando el otro chico le iba a regresar el dinero a la señora el Venezolano lo paro -Espere!... conoce usted a alguien que se llame... Ana?- la señora negó -Consuelo?- la señora volvió a negar -Lucita? Julieta, Josefina, Linda? Maria!.

-Ah, si!, es mamá- afirmo la señora sorprendida.

-Si!, alabado sea el señor, sabía que era su madre- dijo Venezuela.

-Dios mío- susurró Rusia divertido.

Venezuela abrió los ojos confundido mientras miraba a todos lados, pero lo dejó pasar.
-Es muy difícil, están aquí todos pero no se, es muy difícil- dijo Venezuela mientras fingía estar muy cansado.

-Le pagaré más- dijo la mujer - Cuanto?

-Hmmmm, veinte dólares- dijo Venezuela mientras seguía fingiendo.

-Ah que timo, la va a dejar sin un centavo- dijo Rusia cansado y divertido de ver aquel espectáculo.

Venezuela ahora estaba más asustado mientras volteaba la cabeza buscando de donde provenía aquella voz haciendo que lo miraran extraño, pero de nuevo lo dejó pasar.
-Bien, me parece que ahora si- el venezolano empezó a poner los ojos en blanco y a removerse en su asiento.

-Alabado sea el señor, gracias Jesús- dijeron los otros chicos.

Venezuela dejó de moverse en su asiento para así volver a acomodarse mientras habría los ojos, Rusia soltó una risa ante esto.

-Bienvenida señora Santiago, ah tenido suerte los espíritus están presentes- dijo Venezuela

-Mi esposo- dijo la señora entusiasmada.

-Ah si donde?- dijo Rusia.

-Julio?- preguntó la mujer.

-Si, siento sus vibraciones, ahí está lo veo-

-Como está como se siente?- dijo la señora.

-Oh es un hombre apuesto- dijo el venezolano.

-Apuesto?- preguntó la señora confundida.

-Señora en el reino del señor todos son apuestos- dijo Venezuela.

-Oh, Julio?- dijo la señora.

-El viene hacia nosotros, lo veo- decía el Venezolano, Rusia ya no lo aguantaba -ahí viene! esta aquí, viste un traje obscuro.

-Un traje negro?- preguntó la señora.

-Puede ser azul-

-Todo esto es una vergüenza- dijo Rusia.

-Quien dijo eso!- Venezuela rápidamente se paró de su asiento asustado -Donde esta!.

-Que pasa?- Sus hermanos no sabía que tenía Venezuela.

-Que?, no entiendo- dijo Rusia.

-Quien eres tú?!- decía Venezuela mientras caminaba de un lado al otro -No lo oyen ustedes?.

Todos en la sala estaban confundidos.

-Puede oírme?- Rusia seguía la venezolano -Oiga, mi nombre es Rusia, puede oírme?.

-Ah! No!- Venezuela estaba harto y asustado.

-Puedes oírme, Venezuela di mi nombre! Dígalo!- le gritaba al venezolano mientras lo seguía -Dígalo! Rusia!.

Venezuela se paro en la puerta.

-Ya Venezuela di algo- le dijo su hermano Colombia para que reaccionara.

-Rusia!- gritó Venezuela para luego encerrasen aquel pequeño clóset otra vez.

-Cielos- dijo Rusia sorprendido.

-Rusia?- preguntaron sus hermanos.

-No engañare más, lo prometo haré lo que sea, haré penitencia pero has que se vaya- decía Venezuela asustado.

-Nunca!- dijo Rusia mientras aparecía en frente de el.

-Ahhhh!- gritó Venezuela para salir corriendo así golpeándose contra la puerta haciendo que la puerta se rompa cayendo junto con esta lo que provocó que la señora saliera huyendo despavorida.

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