||Brooke||
—No es opcional, Brooke. Es una orden.
Un suspiro cansado escapó de mis labios. Gire sobre mis talones para poder verle la cara al "Profesor". Este se encontraba recargado en su escritorio viéndome a través de sus lentes de chico intelectual.
A veces podría ser tan fastidioso, pensé.
—Por favor, Carl. — rogué frunciendo mis cejas y labios. —¿Puedes dejarlo para otro día? Eres mi última clase y quiero regresar a casa temprano.
Negó chasqueando la lengua varias veces logrando ese sonido irritante que sabía que no era nada de mi agrado. Pasó su mano por su barba bien marcada, pensativo.
Lo más seguro era que el muy desgraciado no me dejará ir y fuera su chica de los recados. Es desesperante tener tu libertad en tus narices y no poder tomarla.—Lo siento pero necesito de tu ayuda. —tomó la pila de papeles que descansaba en su escritorio y me la tendió —llevala al salón 3-C.
¿Qué? debe estar bromeando.
—Pero eso está en el tercer piso.
—Correcto. Eres una chica lista. —pellizca mi mejilla.
Resople, tome las estúpida pila de hojas y salí del lugar molesta. Carl definitivamente estaba abusando de su poder. Soy su alumna, no su esclava. Estas últimas semanas me a usado para hacer sus encargos, mientas el sienta su trasero en su silla yo recorro toda la maldita universidad. Según él es mi pago por ser mi mentor de vida.
Refunfuñando subo las escaleras para llegar al segundo piso. Hecho un vistazo por encima de mi hombro asegurándome que nadie este detrás de mi. No es que este paranoica es sólo que estoy usando la falda del uniforme de Becka, mi tonta hermana que confunde nuestra ropa. Es más corta que la mía. No puedo sostenerla con mía manos ya que están ocupadas y cualquier persona que este detrás de mi se llevará una muy buena vista de mi trasero.
Mientras cruzó el pasillo del segundo piso no puedo evitar ojear a mi alrededor. El pasillo está desierto a excepción de mi, claro. Los salones que hay aquí están cerrados algunos ocupados otros no. Me permito pensar en lo grande que es la Universidad y Preparatoria West, está claro que debe se más grande que una institución normal, pues la segunda planta esta destinada a los alumnos que están aún en bachiller. Mi hermana mayor fue la primera en terminado sus estudios aquí. Mamá fue la que propuso este lugar por la manera tan rápida de ingresar a la universidad después de terminar preparatoria y las numerosas carreras que ofrece. Es de mucho prestigio en la ciudad.
Cuando llegó mi destino voy directamente al 3-C, entre más rápido mejor. Para mi mala suerte la puerta está cerrada por lo que me las arreglo para tocar sin que la pila de papeles caiga en el proceso.
Doy dos toques.
Y nada.
Pongo los ojos en blanco y tocó de nuevo. Espero unos segundos cuando la puerta se abre.
La persona que la abre me observa con un extraño interés que no pienso y no quiero averiguar a que se debe. Así que voy al grano.
—¿La señorita Jess?
Este me dedica una de sus radiantes sonrisa, de esas que crees tener la necesidad de entrecerrar los ojos.
—Hola, buen día a ti también — dice irónico.
Contengo la necesidad de rodar los ojos y sonrió si mostrar los dientes.
—Dejaras que entre o ¿No?
—La señorita Jess no se encuentra.
Suelto un bufido, muy bien Brooke, piensa rápido y más rápido te irás. No regresare con Carl de seguro ya se fue, lo mejor es que los deje aquí con un mensaje para la señorita Jess. No pienso espera. El chico aún está esperando con esa ridícula sonrisa, un mechón de su cabello rojo y rizado le cae en picada por su frente rozando una se sus cejas. Voy a hablar cuando algo vibra en el bolsillo de mi suéter. Tomo los papeles en un brazo y sacó mi móvil. Cuándo estoy apunto de contestar las hojas resbalan de mi agarre y terminan haciendo un desastre por todo el piso.
Hago un puchero y evitó el impulso de patalear el suelo para completar mi berrinche. Me inclino para comenzar a recoger pero mi tarea es suspendida por un golpe seco en mi frente. Puedo escuchar el sonido de las cabeza al chocar para después sentir cono la zona afectada ormigear. Me echo hacia tras llevando una mano a un costado de mi frente donde segundos después siento un poco de ardor y algo húmedo en mis yemas.
Sangre.
Miro al causante de mi desdicha y noto como el también sangra ligeramente. Su estúpido piercing perforó mi piel.
—Ahh—un gemido de dolor sale de nuestros labios.
Lo miro molesta.
—¿Por que no te fijas?
Alza sus cejas indignado.
—¿Yo? Fue tu culpa.
—¿Mi culpa? Esto no hubiera pasado si no fueras un maldito entrometido.
—¿Soy entrometido por querer ser un caballero?
—¡Si!, así que no lo seas.
Aún más molesta comencé a arreglar el desastre. Me dí cuenta que el entrometido me observaba parado en el marco de la puerta con los ojos dilatado.
—¿No me ayudarás? pregunte ofendida. El salió de su trace y con una mueca de fastidio comenzó a ayudar.
Terminamos rápido y se lo entregue. Le dije que se lo diera la profesora cuando llegara y sin despedirme me fuí. Bajaba las fastidiosas escaleras cuando una pequeña gota de sangre resbaló por un costado de mi cara.
Tarado.
Salí al estacionamiento y encontré fácilmente el Jeep gris de Becka y me subí sin pensarlo. Mi hermana miró mi frente con un poco de sorpresa pero su rostro hizo una mueca de contener la risa cuando observo mi rostro. Seguro tenía la peor cara "Atrévete a mirarme y te juro que te mato" de la historia.
—¿Mal día?—pregunto divertida.
—Mal día.
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Tal Vez Fue Contigo [Borrador]
Novela Juvenil«Quiero dejar de querer muchas cosas, estoy bien con quererte y quiero que sea contigo, pero si siempre debo pedirte que te quedes, que me quieras, ya no se si bebo quererte.» Portada hecha por: @Karol_Zub ⚠️FALTAS DE ORTOGRAFÍA⚠️