(Finalizada/ En edición)
Precuela de Mellea.
Mellea es una joven dividida entre su sentido de libertad y las obligaciones familiares.
¿Qué pasa cuando conoce a un vampiro que la hace desear cosas que nuna hubiera imaginado?
🔥🔥🔥Advertencia: cont...
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Mellea dio un par de golpes en la puerta de la habitación más cercana a la que le habían asignado. Escuchó un movimiento dentro y un minuto después la puerta se abrió.
―¿Qué sucede, tía? ―preguntó Emilio sobándose un ojo.
―Necesitamos hablar ―dijo Mellea con seriedad―. ¿Puedes llamar a tus padres?
Emilio contuvo un bostezo y luego habló.
―Los dos salieron a cazar. Creo que regresarán al mediodía.
―Bien, no importa. Lamento interrumpir tus horas de sueño, pero es importante que nos aclares algunos detalles de tus viajes al pasado. Edward y yo podremos armar una estrategia una vez que hayas contestado nuestras preguntas.
―Sí, entiendo.
―Gracias, Emilio. Nos vemos en la sala de estar en cinco minutos.
Mellea se volteó y fue a la sala directamente. Edward estaba terminando de ubicar tres tazas, junto con la cafetera llena, en la mesa de centro. Emilio se unió a ellos tres minutos después y aceptó con gusto el café.
Había pasado cerca de treinta y cinco minutos desde que Mellea y Edward se despidieron para ir a dormir. Era evidente que Emilio estaba en el grupo de personas que se quedaban dormidas apenas su cabeza tocaba la almohada.
―¿Cuál es la duda que tienen? ―preguntó el muchacho.
―Necesitamos saber si has viajado al pasado con más de una persona ―declaró Edward.
―Una vez logré que mamá nos acompañara a papá y a mí ―contestó Emilio―. No lo volvimos a intentar porque a ella no le gustó las consecuencias al regresar. Estuvo mareada por casi dos días.
―Nos parece importante saber si hay un límite de personas para el viaje al pasado ―dijo Mellea―. Es muy probable que necesitemos traer a alguien para que nos ayude.
Emilio se mostró más interesado.
―Sí, entiendo. Tenemos que esperar a que mamá y papá regresen para probarlo. Seguimos estando tres y sabemos que viajar entre nosotros es posible.
Edward y Mellea asintieron. Esperar otro mediodía no sería tan complicado.
―¿Qué tan lejos has viajado? ―preguntó Edward.
―Una vez estuve en el año mil doscientos, pero creo que puedo ir más lejos.
―Eso servirá ―dijo el vampiro de pelo cobrizo―. Lo que tenemos pensado es viajar setenta años en el pasado.
Emilio asintió y bebió un trago largo de su café.
―¿A quién quieren traer?
―No lo sabemos aún ―contestó Mellea―. Se nos ocurrió que podemos buscar entre los que estuvieron cerca de derrotar a los Vulturis. Tal vez sea necesario traer a más de uno.
