De repente las paredes te acorrala , te sientes aplastada, encerrada. Y te das cuenta de que nunca has sido realmente... Liberada.
Y sientes envidia por todas las demás, las que se quejan de todo lo bueno que tienen, lo que yo nunca he tenido. Dan ganas de pegar, de hacer pucheros y tener una maldita pataleta por una vez. Sentirte bien por hacer algo, algo que no sea criticado, tuyo.
Tuyo y mío.