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- Entonces es tiempo de dejarla ir. 

El chico se transformó en su mayor enemigo frente a sus ojos. Su voz carente de cualquier sentimiento le hizo rabiar, era obvio que no podía entenderle, nadie podía. El dolor en su pecho se expandió hasta comérselo todo a su paso. Era imposible cumplir con lo que pedía, jamás sería capaz de olvidarla, no se lo permitiría. JooHeon le miró con los ojos encendidos en desprecio y rencor a partes iguales. Sin embargo, por más que intentara desquitárselas con él, sabía que el único que merecía su odio era la vida misma por haberle arrebatado lo que más quería. 

- Mira, me importa una mierda quién seas y mucho menos de donde saliste. - su voz sonó estrangulada por las lágrimas. - Cuida muy bien lo que dices porque no sabes nada. Por mucho que digas conocerme nunca sabrás lo que ella significa para mí, y si quieres que me deshaga de ella como un pañuelo usado, jódete. Nunca voy a olvidarla. 

- JooHeon, ¿Acaso nombré la palabra "olvidar" en algún momento? - enmudeció, mordiéndose la lengua antes de darle la razón. El chico solo río por lo bajo, complacido por el silencio. - Jamás lo dije. 

- Pero dijiste que debo dejarla ir, y eso es exactamente lo mismo...

- ¿De verdad crees eso? 

  Volvió su vista hacia al frente, notando el movimiento de las olas mucho más brusco. Pocas llegaban a la orilla, todas chocaban unas con otras y terminaban perdiéndose en un turbulento mar de nada. Al igual que su mente, ellas parecían confundirse más con cada minuto que pasaba. 

- ¿A dónde quieres llegar con todo esto? - disfrazó la frustración de cansancio, mintiéndose a sí mismo. 

- Jamás podrás olvidarla, ella ahora vive en ti. 

- ¿Sabes cuántas veces he escuchado esa misma estúpida frase? 

- Que no la entiendas no quiere decir que sea estúpida. - el chico se empeñaba en dejarle sin palabras, y bien que lo lograba. Dejó que el silencio respondiera por él. - Toda persona con la que te cruzas te deja algo, aunque más no sea un mal sabor de boca. Una palabra, recuerdos, hasta el más mínimos gesto puede quedar gravado en muy profundo en tu ser y volverse parte de ti sin que te des cuenta. ¿Aún la amas? 

- Como no tienes idea

- Entonces ahí tienes tu respuesta. Ella vive en ti, en cada mirada, en cada una de tus palabras, en cada lágrima. ¿Sabes por qué? Porque ese amor tan grande que hubo entre ustedes será muy difícil de olvidar. Muchas personas dejaron su huella en ti, pero solo ella lo hizo en el lugar más importante: en tu corazón. Las cosas que se marcan a fuego jamás se borrarán, y su amor siempre será un lugar donde puedas refugiarte cuando te sientas perdido. 

 Apretó sus labios para que ningún sollozo saliera de ellos. Las palabras sonaron cálidas a sus oídos, explicando una realidad que el dolor no le había dejado siquiera percibir. Una pequeña sonrisa luchó por iluminar su rostro aún cuando un par de lágrimas amargas seguían cayendo. 

- ¿A qué le tienes tanto miedo JooHeon? 

Ni siquiera se gastó en mirarle. Era claro que no pararía de escarbar en la herida, volviéndola cada vez más grande y JooHeon temía desangrarse allí mismo. - No tengo miedo...

- Entonces ¿Qué es lo que te impide avanzar? 

- Ella - respondió quedo - No quiero tener que seguir adelante solo, y tampoco quiero a otra persona a mi lado. Ella se lo llevó todo, no sé qué hacer cuando nada queda. 

- ¿Y por qué te resignas a amar tan rápido? - el chico volteó a verle, confundido. JooHeon no quería seguir con la conversación, sabía que tarde o temprano su gran coraza caería y quedaría sin nada que le protegiera. 

- Porque sé que no podré hacerlo. 

- ¿No será que tienes miedo? ¿No será que tienes miedo de encontrar a alguien más que tome su lugar? ¿No será que tienes miedo a reemplazarla? 

Cerró los ojos, queriendo ignorar el hecho de que esas palabras habían acertado. Un día, el miedo le atacó para nunca más soltarle y gracias a él sentía que cada día todo se volvía más oscuro. Odiaba estar solo, pero tenía miedo de que alguien más le hiciera feliz. El resignarse a aquel amor tan fuerte que sentía hacía que la angustia le ahorcase hasta dejarle sin aire. No estaba preparado para continuar, tenía miedo de continuar. 

- Sabes algo... - el chico llamó su atención, su brazo señalando al mar que se alzaba ante ellos. - mucha gente no puede verlo, pero todos tenemos un inmenso océano en nuestro interior. No sabemos qué hay al otro lado ni lo que esconde dentro. Sin saber cuan profundo es, solo lo observamos desde la orilla porque creemos que en cuanto pongamos un pie en el, nos hundiremos hasta lo más profundo. Y tal como el miedo, la única manera de enfrentarlo es adentrándose e investigando lo que nuestros ojos no pueden ver a simple vista. - sus miradas volvieron a conectarse, el pecho de JooHeon volvió a llenarse de paz. - El amor y el miedo vienen de la mano, pero si solo te resignas no sabrás lo que hay detrás de él. Superar el dolor no quiere decir que con él vas a olvidar al amor. Quizás, al otro lado de tu gran océano se encuentre lo que tanto buscas, y cuando mires hacia atrás podrás sonreír al notar que todo estará allí, que todo estará contigo. 

 Aunque quisiera negarse, de nada serviría cuando sus palabras eran ciertas. Por más que doliese debía continuar, vencer aquel miedo que no le dejaba vivir en paz. Siempre la amaría, y gracias al chico comprendió que eso no cambiará pasase lo que pasase. No importaba si al resto de sus días los pasaba en agonía o intentando ser feliz de la mano de quienes él más amaba. Aún no entendía cómo, pero quizás tenía razón, él le conocía muy bien. El sonido de las olas les acompañó en un cómodo silencio donde ninguno fue capaz de apartar sus ojos del contrario. 

- ChangKyun... - no supo por qué ese nombre salió de sus labios, solo sintió que así debía llamarle. Espero una corrección o la mera ignorancia, mas una amplia sonrisa se formó en rostro, contagiándosela. 

- Dime.

- ¿Cuál es tu océano?

Your Ocean // JooKyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora