I

742 59 4
                                    

En algún lugar del universo existe una central llamada Among us, ubicada en un planeta extinto, utilizada solo para entrenar a sus habitantes como viajeros y exploradores del universo, en búsqueda de nuevas especies, recursos y de ser posible, un nuevo planeta para habitar. Nadie sabe exactamente cuando comenzó a ocurrir, pero hace más de 50 años, algo cambió para siempre la forma de viajar por el espacio. 

Una rara enfermedad comenzó a propagarse entre los tripulantes, los líderes de Among us anunciaron a todos sus habitantes y viajeros sobre una especie de virus zombie el cual obligaba al portador de este, a atacar a sus compañeros. Muchas naves con tripulación terminaron pérdidas en el espacio o estrelladas, obligando a los tripulantes a tomar medidas extremas en sus naves, asegurando así que la transmisión del virus se detuviera, pero, ¿cómo habían sido contagiado en primer lugar si sus trajes espaciales eran impenetrables?

Con los años y las nuevas generaciones de tripulantes, la comunidad tomó nuevas medidas y protocolos ante estos casos, denominando a los infectados como "impostores", debido a la naturaleza del virus de suplantar a su portador. Pese a la preparación que se les otorga a los tripulantes antes de subir a sus primeras naves a los 14 años, siempre existe el riesgo de convivir con un impostor sin notarlo.

***

Negro tembló en su lugar abrazando sus piernas, manteniendo escondido con su cuerpo una pequeña capsula con un hámster dentro, el traje espacial soportaba temperaturas extremas pero el suyo ya estaba bastante dañado aun que su casco aun se mantenía en optimas condiciones, garantizando que el suministro de oxigeno se mantuviera estable, pero temía que pronto eso acabara. 

A unos metros de él, una nave plateada se encontraba estrellada en una montaña de nieve, dentro, el cadáver de su único compañero el cual no fue lanzado al vacío del espacio; No pudo reflexionar más al respecto cuando vio aterrizar frente a él, una nave muy parecida a la suya pero en color rojo. 

Nueve pasajeros bajaron de la enorme máquina, con trajes de distintos colores, como los de sus antiguos compañeros. 

Corrió apresuradamente hacia ellos, gritando con desesperación, contando lo ocurrido hasta que una voz conocida logró calmarlo.

—soy yo, Momon —y solo con oír eso, negro pudo caer de rodillas sonriendo con alivio bajo su casco —aquí estoy amigo —repitió el de café abrazándolo.

ImpostorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora