Impostor

XI

Entró al cuarto una vez más, esta vez con unas cajas en su manos, donde comenzó a meter los objetos que estaban regados por el lugar, había estado toda la semana visitando aquella habitación, pero hoy por fin, un día antes de llegar a la central, decidió ordenar aquel cuarto. Tomó en sus manos el pequeño flotador en forma de flamenco, limpiando los rastros de sangre, lo mismo hizo con los cuernos rojos y ambos los guardó en cajas distintas. Continuó caminando por el cuarto, ordenando las camas, muebles y cajones, guardando en las cajas distintos objetos que diferenció de cuál de las dos chicas eran. Con un lápiz escribió los nombres en cada caja y las cerró, tomandolas y llevandoselas a su cuarto, normalmente aquellos objetos eran tirados al espacio, pero en este momento prefería guardar aquellos preciosos recuerdos, incluso los de Pol quien había sido el asesino, pero, qué culpa tenía él de haber sido poseído por aquella infernal enfermedad?

Se arrodillo en el suelo, guardando bajo su cama las cajas de las chicas, pero la tercera caja no entraba bajo tan pequeño lugar, sobre todo si en aquel lugar tambien tenia las cajas que pertenecían a Ocho y Pato, las cuales Axozer había recuperado de sus cuartos. Volteo hacia la cama de Aurelio, creyó que no le importaría tener la caja de Pol bajo su cama, de todas formas, ni lo notaría, hasta ahora no había notado las cajas bajo su cama, por lo que con confianza se agacho en el suelo y empujo el objeto bajo aquel lugar, pero el carton quedo atrapado en un pequeño ajuguero en el suelo. Quitándose el casco se acercó para observar mejor, notando que la cerámica estaba algo dañada y suelta, no le habría dado tanta importancia si no hubiera notado que aquel agujero era hueco, no había nada bajo la cerámica, lo cual no era normal, por lo que metiendo su dedo sin guante y tirando la cerámica, vio un pequeño escondite bajo la cama de Aurelio, el escondite de un filoso cuchillo, y habría sido menos raro e incriminador si hubiera estado limpio, pero aquellas manchas de sangre solo significaba que había sido usado hace muy poco tiempo.

***

—tomaste la decicion correcta, viejo…
—me estas amenazando?
—es un hecho, salvaste tu vida, la de tu amigo y la de tu novio, tu silencio solo traerá beneficios…
—si, por supuesto, a Violeta, Sara, Pol, Pato y Ocho les trajo muchos beneficios, no?

Momon suspiro ignorando su discusión, mirando por el pasillo por si alguien se acercaba a comunicaciones

—esas muertes eran necesarias y lo sabes
—no, no lo se, nisiquiera se por que salve tu vida, pude haberte culpado y salvar a Pol
—si hubieras hecho eso me hubiera llevado a tu noviecito con migo
—deja de hablar de Momon de esa forma, a diferencia de ti, el si me dio explicaciones y resulta que asesinaste a Violeta por celoso
—cuidado con lo que dices que aun puedo volarte los sesos!
—intentalo!
Momon se acercó cansado de escucharlos pelear —escuchen, tenemos muy poco tiempo, mañana regresamos y ustedes le han dejado todo a Axozer y Perxitaa cuando se supone que nosotros somos los que vimos a Pol, o más bien, Ribon…
—ya te lo dije, yo caminaba por el pasillo, vi a Sara, camine tras ella, iba a entrar a electricidad cuando vi su cuerpo caer, vi el traje verde y gorro blanco correr, me acerque y vi el cuerpo de Sara y Violeta, lo iba a seguir pero llegaron ustedes y les conté lo que vi, ustedes dudaron de mi relato por lo que nos mantuvimos discutiendo unos minutos, llego Axozer y anunciamos reunión, fin.
—pues me suena convincente…
—pues claro, es tu novio…
—deja de decir eso, no es mi culpa que Perxas te haya rechazado —lo apunto con su dedo el de negro
—que tiene que ver Perxas?! ademas crei que si lo eran, no sabía que a ti si que te habían rechazado
Reborn suspiro —escuchen, si los perdone a ambos fue porque entiendo que si los atrapan, o los mataran, que seria lo menos preocupante, o harán experimentos con ustedes, y tampoco es que me quiera arriesgar a comprobarlo, pero deben entender que es posible que Perxas y Axozer no piensen igual, mataron entre los dos a media tripulación, comprendo que no quieran contárselo a nadie más, pero no es justo que esos dos no sepan nada de esto
—no sabrán nada —Aurelio sonrió —nadie sospechara
—me sorprende lo idiota que nos crees, tarde o temprano lo notaran y espero se lo tomen bien…
—nadie se lo podría tomar bien —Momon se apoyó en la pared cruzándose de brazos —tienes razón, asesinamos a media tripulación, nadie podría tomarse eso bien… excepto tu Ribon, y es obvio que al principio lo hiciste para salvar tu vida… Sara podría haber sobrevivido, pero ella no iba a cerrar la boca…
—Axozer podría entenderlo, es más maduro de lo que creen, se enfadará pero logrará entenderlo, y subestiman la reacción que tiene Aurelio en Perxas… —el de naranjo volteo a ver al de negro sonriendo —realmente me hubiera gustado saber de la boca de mis amigos de que eran impostores…
—yo veré cuando se lo diré a Perxas, hasta entonces, ustedes se mantendrán en silencio y podrán besuquearse por los pasillos con libertad —dijo el de café antes de salir del lugar y caminar con rapidez por los pasillos.

***

Aurelio entró al cuarto encontrando a Perxas sentado sobre su cama con la mirada baja, aún mantenía el traje blanco pero no el casco, por lo que también se quitó el suyo antes de acercarse.

—Perxas? qué ocurre?
—cuando me diras la verdad? —el de blanco lo miró con lágrimas en los ojos —cuánto tiempo seguirás mintiendome?
El de café rio nervioso —que sucede? no entiendo…
Perxas apretó los puños encogiéndose en su lugar —ni siquiera se si eres Aurelio o solo finges ser como el…
—que pasa contigo?! —grito el de café sacudiendolo por los hombros —de qué hablas?!
—¡Eres el impostor! tu eres quien mato a Violeta! —Aurelio soltó sus hombros sorprendido —Auron, dime la verdad… porque eres Auron, no?
Hace mucho no era llamado por su nombre real, mucho menos de la boca de su amigo —soy Auron, te lo juro Perxas, sigo siendo yo, siempre he sido yo…
—entonces lo admites? —el de traje blanco lo miro a los ojos, apretando los labios para no soltar un sollozo
—yo…. Perxas…. te quiero…
—si lo eres —apretó su propio traje —eres el impostor, Auron…
—lo siento, Perxitaa….
—¿Vas a matarme? —preguntó cerrando los ojos, no podía escuchar aquella respuesta mirando a los ojos a quien creía era su amigo
—Claro que no —respondo el de café con dolor —eres mi amigo…
—¡Ellos eran tus amigos!
—no puedo salvarlos a todos! —Aurelio suspiro cansado al escuchar la risa irónica del chico frente a él, asustadose segundos después al ver las lágrimas caer de su rostro al suelo —no podía salvarlos a todos… cuando se enteraran ellos nos matarían…
—y que te hace pensar que yo guardare tu secreto?
Aurelio se arrodillo frente a él, tomando sus manos sonriendo —te lo dije cuando vine aquí contigo, yo deje a mi tripulación para seguirte, abandone a Momon, mi compañero, por ti… ahora entiendes lo que eso significó verdad? yo jamás te haría daño, no a ti...

Perxas lloró amargamente esa noche en los brazos de su amigo, él había invitado al chico a la nave que hace pocos días se le había otorgado, cuando este aun se hacia llamar por su nombre real, Auron, y ambos eran nuevos tripulantes. Habían compartido cuarto desde el primer día, a pesar de tener misiones distintas, ambos siempre intentaban encontrarse en las horas de comida y volver al cuarto a la misma hora para poder conversar hasta dormirse. Aún podía recordar cómo se habían conocido en la central, Aurelio utilizaba un traje azul, ambos habían sido llamado por los líderes para ser regañados por haberse quedado dormidos y no haber asistido a su primera reunión de tripulantes, en la sala de espera los habían vuelto a regañar por haber roto algunos adornos y reír demasiado fuerte. 

Apenas aterrizaron en la central cuatro años después, Aurelio pidió su cambio de tripulación dejándolo sorprendido y decepcionado, pero había entendido, después de que su amigo le hablara sobre el chico del orfanato con el que creció, quien se convertía en tripulante. Obviamente le había sugerido marcharse con él, pero Aurelio se había negado, y prometiendo algún día reencontrarse, cada uno tomó su camino.

Después de cinco monótonos y depresivos años, había decidido crear su propia tripulación, invitando a ésta a los tripulantes que según él, se podían sentir más “vivos”, por lo que de alguna u otra forma, sintió que era el destino cuando lo vio en su traje azul, justo fuera de la central.

Llevaba tres años con él, tres años en la misma nave sin ningún inconveniente, en total eran siete años en los que Aurelio se controló, en las que le fue fiel a su amistad, siete jodidos años en los que su amigo fingió ser un humano más. El de traje café había cuidado de él, había abandonado a sus compañeros por seguirlo, sentía que conocía Aurelio de toda su vida, sentía que aquella conexión que compartían no podía ser superada por nada ni nadie, y ahora temía tanto que todo aquello fuera falso, por que el amaba a Auron, de la forma más pura y sincera en la que se pudiera amar a otro ser humano, pero, Aurelio siquiera era humano? 

A la mañana siguiente el de cresta despertó con un fuerte dolor de cabeza, sus ojos picaban por lo que aun adormilado rasco sus ojos con sus puños y miró hacia la pequeña ventana del cuarto, podía verse claramente su planeta y como la nave se acercaba lentamente a este, había vuelto a la central, el momento había llegado y se sentía aterrado de la decisión que tomaría, si eran descubiertos los matarían a todos, no solo a los impostores, a él por encubrir a Aurelio también.

Acarició las manos que rodeaban su cintura abrazándolo por detrás —Aurelio perro… —soltó escuchando una risa ronca cerca de su oreja
—no, tu perro….