Capitulo 1
PDV chiaraSiendo las cinco de la madrugada me despierta el reloj que está junto a mi cama, levantando la mano con pereza y dificultad tanteo la superficie de este para poder detener la alarma.
Sin ánimos de levantarme me siento en la cama con mi pelo por todos lados, bostezo al mismo tiempo que estiro mis brazos hacia atrás de forma dramática y mis ojos se detienen en una zapatilla que está en un rincón de la habitación, me quedo contemplando unos momentos el vacío y me pregunto sobre mi existencia, transcurridos unos minutos me digno a levantarme y arrastrando mis pies me dirijo hacia el baño con el fin de poder darme una ducha.
Me miro al espejo roto del baño y observo a la chica que está en el espejo.
Una joven de cabello rojo como el fuego que se extiendo hasta las caderas con piel tan blanca que casi pareciera que estuviese enferma, sigo observando hasta detenerme en mi rostro, ojos grandes de color miel que han visto la maldad y la crueldad algo cansados por la falta de sueño y el estrés, unas pestañas largas que le hacen justicia y unas cejas peculiares y abundantes de color rojizo, una nariz respingada y puntiaguda con unos labios carnosos pero pálidos.
Miro hacia abajo y me detengo en mis pies, los observo un rato hasta que veo como se dirigen hacia la ducha, abro el grifo y siento como un chorro de agua helada impacta en mi espalda estremeciéndome, retrocedo un poco y de manera ágil y rápida me lavo el cabello y cuerpo, sin esperar salgo de la ducha y me envuelvo en una toalla para que mi calor corporal evite que me dé hipotermia.
Me quedo unos minutos de pie hasta que por fin salgo del baño para poder vestirme.
Saco ropa interior un poco gastada por el uso, una remera gris y unos pantalones negros casi grises por lo desgastados que están. Me pongo la ropa y busco mis únicas zapatillas.
Ya vestida miro el reloj y veo que son las cinco cuarenta minutos, me apresuro para salir de mi habitación que en realidad es un ático y cierro la puerta detrás de mi.
Con paso apresurado me encamino hacia la cocina para poder dejar todo listo para cuando despierten "mis padres", dejo la mesa ordenada para el desayuno y me dispongo a preparar huevos y tostadas.
Una vez que ya terminé subo nuevamente para poder ir a buscar mi bolso que tiene todas mis cosas para poder irme al colegio. Sin hacer el mínimo ruido, salgo por la puerta de la cocina que da hacia el patio trasero, cierro la puerta y me preparo mentalmente para una caminata larga, una vez al frente me detengo a mirar la casa, es parecido a un minicastillo de ladrillo con tonalidades grises, ventanas tan imponentes y grandes que me pregunto quien es el desafortunado personaje que las tiene que limpiar, sigo observando hasta que mis ojos se cansan de recordar todo el maltrato y abuso por parte de mi "familia" que se lleva a cabo constantemente en esas habitaciones y pasillos de la imponente residencia.
Continuo mi camino hasta encontrarme con una intersección, espero pacientemente a que los autos se detengan cuando la luz indique el rojo, mientras espero, cruzando la calle veo a una anciana que me mira fijamente, no es como cualquier anciana, esta se veía misteriosa y tal vez un poco poderosa, con sus ojos grises me observaban con detenimiento, extrañada aparto la mirada y me concentro en las manchas de mis zapatillas, una vez que los autos se detuvieron nuevamente mire hacia el frente y la extraña anciana ya no estaba.
Que extraño— murmure.
Continúe caminando durante veinte minutos más hasta llegar al colegio, ahí me recibió mi mejor amigo Adrian que desde que tengo memoria me ha protegido de las burlas en el colegio.
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El Dragón Dorado
FantasíaTortura y humillación es lo que gobernaba en la vida de Chiara por parte de sus "padres" y compañeros de su escuela. Lo que ella no sabe es que es descendiente de uno de los dragones que dieron los últimos regalos a la humanidad, el control de los p...