Capítulo 4

11 1 0
                                    

Capítulo 4
PDV Anónimo

Camino hasta llegar a mi despacho cuando mi asistente golpea la puerta para ingresar, con un ademán le digo que puede entrar mientras reviso los documentos de la empresa.

—Mi señora debo decirle algo importante— dijo con la cabeza gacha.

Pude notar el miedo en sus ojos, pero este no estaba dirigido hacia mi.

—¿Qué sucede ahora Harriet? —dije sin despegar mis ojos de los documentos restandole importancia.

—L-los chicos que usted mandó para aquel trabajo— tragó saliva como si le doliese contarlo —Están todos muertos.

Me tenso de inmediato y la miré fijamente.

—¡¿Cómo es eso posible Harriet?! ¡¿Es que acaso todos son unos incompetentes que no pueden hacer un simple trabajo?! —sobresaltada me levanté de mi asiento.

—¿Cómo murieron?  —añadí tocando con mis dedos el puente de la nariz.

—A-al parecer fueron calcinados hasta la muerte según el informe del forense—dijo.

La miré sorprendida con los ojos como platos al no poder creer semejante situación, había enviado a hombres que trabajaban para mí, a darle una lección a la familia Lombardi.

Hace ya tiempo que me debían dinero y me los iban a pagar con la vida de una de sus hijas. A pesar de que nunca la presentaron a la sociedad, logré dar con ella gracias a mis informantes.

A mi nadie me oculta nada por más que se esfuercen.

Y como la mantenían en secreto, debía tener algo como para que nunca la presentaran con las altas familias como es de costumbre en este pueblo.

Pero esta noticia si me tomó por sorpresa, no es posible que una simple chiquilla haya acabado con cinco hombres fornidos.

A no ser que sea...

No puede ser— pensé— Ella es una heredera.

Mire horrorizada a Harriet y escupí.

—Llama de inmediato al sindicato y diles que autoricen una orden de búsqueda para esta niña con el mejor escuadrón que tengan— la miré pensativa—Y diles que deben traerla con vida o que las consecuencias serán bastante graves.

—Debemos encontrarla antes de que una ancestral lo haga— añadí.

Harriet asintió de prisa y nerviosa al saber de que se trataba toda la situación salió corriendo de mi vista.

Salí de mi despacho con paso apresurado para bajar las escaleras en dirección al estacionamiento, allí me esperaba Luciel mi conductor.

— Llévame de inmediato a la casa de los Lombardi—espeté cerrando la puerta del carro.

_________________________________________

PDV Adrián.

Caminé como perro enjaulado en la estación de policía, no soportaba la espera y las ansias me estaban carcomiendo al esperar los resultados de los análisis en los cuerpos calcinados.

El Dragón Dorado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora