Rumbo a Meánoích 4

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          Como suponíamos, las murallas no estaban en buenas condiciones, había una parte en el que una centuria entera podría entrar, sin embargo todos nos mantuvimos en la entrada principal por ordenes de nuestros lideres. Estábamos a punto de romper la formación y separarnos para entrar pero el líder de nuestra centuria nos ordeno que siguiéramos manteniendo nuestra posición. Todos obedecimos, incluso los miembros de otras centurias.

          —¿Qué sucede Aryilak? —dijo uno de los lideres de las centurias que menos hombres tenia, nunca supe su nombre real—. Debemos de encontrar a la princesa lo mas rápido posible, antes de que vuelva ese asqueroso brujo con su monstruo.

          —Debemos tener cuidado —dijo Aryilak—. Ya vimos lo que tiene Laquerok en el aire, no me sorprendería que también tuviera criaturas en tierra. !Portaestandarte¡

          —Si mi señor —dijo el portaestandarte de mi centuria.

          —Necesito que haya alguien que explore el patio del castillo, una vez que hayas comprobado que no hay ninguna criatura o bestia, danos una señal.

          —Claro mi señor, a eso me dispongo —dijo mientras volteaba para dirijirse a mi—. Sacerdote, ¿me podrías dar una bendición antes de adentrarme dentro?

          —¡Ah, claro! —dije un poco sobresaltado, era poco común que alguien que no fuera Fruela me hablara sin burlarse de mi—. ¿Qué religión profesas?

          —No soy de las marcas, por lo que no adoro a los Dioses Verdes, soy del noreste de Tivania, de una región llamada Nordreich, la divinidad de ahí es Melisanda, hija del Dios Thorismud. ¿Conoces sus sacramentos?

          —Lo siento, no había mucha información de los divinos tivanos del este, mis disculpas. Puedo darte sacramento de del oeste si quieres.

          —No, así esta bien. —dijo con algo de decepción y enojo. —Pero si ocurre algo te hago responsable, sacerdote.

          El portaestandarte se dio la vuelta para entrar dentro de las puertas del castillo, estuvimos esperando unos diez minutos con la mirada puesta en la dirección de donde veníamos, estando atentos si volvía la caballería con el marques o si de nuevo nos atacaba el guiverno. La tensión que había en el ejercito era intenso, algunos estabas desesperados por entrar de una vez en el castillo y ocultarse dentro de las habitaciones, pero los lideres de centuria mantuvieron a sus hombres en raya. 

          Finalmente, cuando escuchamos la señal del portaestandarte todos entramos de manera ordenada aunque rápida dentro de las murallas. La puerta no era pequeña, por lo que pudimos entrar sin romper las filas, aunque tampoco era que lo necesitásemos porque las demás centurias eran tan pequeñas que fácilmente pudieron entrar todos de manera desordenada. El interior del castillo era considerablemente grande. A nuestra derecha estaba el castillo y las puertas para las habitaciones, tenia tres torres, cada una mas alta que la otra, a piedra de estas era muy antigua y tenia raíces y plantas por todos lados, la zona inferior del castillo estaba constituida con diferentes puertas y era de dos pisos, había una puerta central bastante grande, seguramente era la entrada principal al interior. A nuestra izquierda estaba un enorme patio en donde se encontraban casas y tiendas abandonadas, además de bancos y algunos rastros de establos para animales que ya no estaban. 

          —Muy bien, escúchenme todos —dijo Aryilak dirigiéndose a todas las centurias—. Este va a ser el plan, nuestra centuria, todas las centurias que quedan deberán registrar el patio interior, mientras que mi centuria, la séptima, iremos dentro del castillo para investigar.

          —Perdona Aryilak pero, ¿Quién eres tu para dar ordenes a las demás centurias? —dijo uno de los lideres—. Puedes comandar a los hombres que conforman la tuya pero no tienes derecho sobre nosotros —Aryilak miro a este líder con sus ojos llenos de furia.

Corazón de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora