6.

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Xu Haolin se encontraba sentada frente a la tumba de su amada Yan Xingmei como lo había hecho desde que la enterró.

El cuerpo sin "vida" de Wei Wuxian se encontraba a unos cuantos metros de donde estaba ella. Aún estado tan cegada por la energía resentida sabía que Wei Wuxian no tenía que ver con este tema así que sintió un poco de lástima al matarlo pero ella se lo había advertido así que no era del todo su culpa.

Queria estar unos momentos más junto a Yan Xingmei antes de extraer el núcleo de Wei Wuxian y abrir la barrera y mientras estaba ahí recordaba los momentos con Xingmei aquella época en la que aún eran felices.

Volteó a ver a Wei Wuxian y se preguntó qué hubiera pasado si Lan Wangji hubiese aceptado sus sentimientos, ¿ellos también serían asesinados ante él rechazo de la gente?, ¿o al ser miembros de sectas importantes lo dejarían pasar?, si fuera así eso sería realmente injusto.

Pero ahora no tenía manera de saberlo, sabía que Lan Wangji resultaría herido ante el desaparecimiento de Wei Wuxian pero el tuvo su oportunidad y la desperdicio.

Acarició la tumba de su amada y dio un beso sobre ella. Se levantó y se dirigió a Wei Wuxian pero ahora el no estaba ahí...

Se volteo rápidamente buscándolo y esquivo uno de los talismanes que le lanzó por detrás.

Volteo a verlo; había recuperado más el color de su piel, presionaba una de las flores Hanahaki en la herida de su pulmón y respiraba entrecortadamente.

Mantenía una mirada llena de determinación hacia ella y luego de un momento en el que ambos se miraron en silencio Wei Wuxian sonrió.

-Pido la revancha- dijo mientras hacía su sonrisa aún más grande.

¡ESA MALDITA!

Wei Wuxian era su llave de escape no dejaría que saliera de ahí sin su núcleo.

Levantó la raíces y las dirigió a él, Wei Wuxian tomó su espada y volvió a atacar con algo más de fuerza que antes.

Las flores Hanahaki realmente eran milagrosas y ahora entendía por que la gente trataba de cuidar y complacer a los hijos de Hanahaki con tal de que estos les dieran estas preciadas flores. Eran realmente mágicas y mucho más efectivas si eran un regaló del mismo hijo Hanahaki.

La Xu Haolin buena le había dado el permiso de tomar cuantas flores quisiera para recuperarse un poco de todo el daño que había recibido su cuerpo.

Mientras luchaba nuevamente contra las raíces fue dirigiendolas lentamente hacia el tronco del gran árbol.

-¡ES INÚTIL QUE SIGAS INTENTANDO LUCHAR! ¡Simplemente rindete o está vez me encargaré de dejarte realmente muerto!.

Wei Wuxian la ignoró y le lanzó una última mirada llena de valor.

-Por favor perdóneme por esto.

Y luego dirigió su espada hacia el tronco del árbol descuidando las raíces que volvieron a atravesar la boca de su estómago como en el sueño sólo que ahora si sentía tan jodidamente real.

-¡NO!

Wei Wuxian dio tres golpes con la espada dirigiendo casi toda la energía espiritual que le quedaba a la hoja de la espada para cortar el gran tronco. Después de esos tres golpes el tronco cayó en la dirección opuesta.

-¡NONONO! ¡Por favor! - Xu Haolin cayó de rodillas y dejó de tener control sobre la raíces ya que se había debilitado demasiado.

La Xu Haolin buena le dijo que cortar el árbol podría ser buena idea ya que en teoría era su corazón, su punto más débil y si funcionó por suerte. Quemaria algo de Incienso para ella si tenía la oportunidad de salir vivo de ahí, cosa que dudaba.

Hijo de HanahakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora