lungs | larry stylinson

FRÍO.

19 de NOVIEMBRE, 2013.

La tela era suave, demasiado suave, debajo de mis manos. Su piel era tibia, demasiado tibia, contra la mía. Su respiración era demasiado correcta, demasiado perfecta, al lado de mi dolorosa muerte. Me habían dicho como era el proceso, como iba a suceder, y lo sabía, había comenzado.

Death Cab for cutie sonaba en los parlantes, y Harry cantaba a mi oído.

«Amor mío, algún día morirás, pero estaré cerca detrás, te seguiré en la oscuridad. Ninguna luz cegadora ni túneles, solo nuestras manos agarradas bien fuertes esperando por la indirecta de la chispa. »

Lloré en su hombro, gotas frías contra mi piel ardiente. La cama estaba bien, quedarse aquí era perfecto. Me sentía bien con él aun cuando no entendía porque no veía mi cuerpo como algo repugnante, por qué me quería cerca. Lo amaba, lo quería, pero no entendía.

─ Feliz aniversario, Harry. -dije, esperando que no fuese nuestro último, pero sabiendo que lo era, pero no me importaba. Lo había amado demasiado, como nunca había pasado, con nadie. Los sentimientos hacia él era todo. Mis memorias comenzaban en Youthstorms con él, y quizá terminaban aquí, sabía que terminaban con él, de todas formas. Lo amaba por tanto, por seguir aquí, por no huir, por aceptarme. Mis momentos eran él.