Capitulo 1

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Tiempo antes...

Mi madre me deja en el nuevo instituto. Me bajo del coche con mala cara y me asomo por la ventanilla del copiloto.
-Quita esa cara- se ríe ella. Intentó sonreírle y le doy un beso en la mejilla.

La gente parece conocerse entre todos. Parecen amigos desde la infancia, y yo soy el bicho nuevo.
Las chicas son muy guapas y tienen pinta de ser agradables. Y los chicos no me fijan la mirada. Esta bien, lo entiendo. No llevo culifalda o simplemente sea por mi cara de "no quería venir, maldita sea".

Suena la campana. Todos se dispersan. Oh no, no quiero quedar sola en el pasillo. Saco el papel que me dio mi madre con la información y corro a mi casillero, meto unos libros y dejo otros en mi mochila.
Me dirijo a mi salón y entro a trompicones. Se me calienta la cara al sentir todas esas miradas sobre mi.
Él profesor se vuelve hacia mi.
-¿Eres nueva?
-Es muy obvio. ¿Dónde me hago?- pregunto sonriendo nerviosamente.
Él profesor me señala una silla al fondo y yo me dirijo allí sin armar más revuelo.

.
Me pasaba los recesos sola, leyendo o escuchando música.
La gente me voltea a ver en el almuerzo a veces. Ya que me siento sola a comer, y no me molesta estar sola.
Con tal de que mi madre y mi hermano no supieran de mi bajo status social yo estaba bien.
Le doy un mordisco a mi manzana.

"Atlas" de Coldplay resonaban en mis oídos mientras observaba con detenimiento a la gente que me rodeaba.
Eran grupos mixtos, la mayoría.
Me encuentro con la mirada de un muchacho, sus ojos azules me miran fijamente.
Alzo una ceja.
Él sonríe y yo intento sonreír. Haciendo que un pedazo de manzana caiga en mi plato.
Oh Dios, sólo me pasa a mi.
Él suelta una sonora carcajada.

Me levanto de mi asiento. Tiro a la basura lo que queda en mi bandeja y me dirijo a los pasillos, a mi casillero.
Por alguna razón, siento además de vergüenza, rabia.

Saco un libro de John Green de mi casillero y me siento bajo este a leer.

Alguien se sienta a mi lado. Me vuelvo y me encuentro con una chica sonriente, se ve bastante amable.
-Ya leí ese libro. Es bueno- le sonrio de vuelta.
-Hasta ahora me ha gustado.
-¿Como te llamas?
-Amity Wilkes. ¿Y tu?
-Lyra Rogers.

.
Lyra resulto ser más que amable. Me dijo que me observo unos días, intrigada por mi soledad. Sus amigas también lo hacían, pero ninguna tenía la intención de hablarme.

Muy pronto se volvió mi amiga.
Y sus amigas las mías.
Eran también muy amables conmigo. Todas terminamos siendo muy unidas.

Y por fin tenía amigas. Y se sentía bien. Se sentía bien poder llegar a hablarles y reír con ellas. Comer con ellas y observar al chico que se había reído de mi.

Pero más que todo quería muchísimo a Lyra. Era mi mejor amiga.

.
Estábamos regresando de clases a casa. Y siempre quedábamos Lyra y yo, las otras se separaban antes.

Íbamos hablando de las tareas que teníamos pendientes. Una de ellas era en pareja, y obviamente, nos hicimos juntas. Pero ella insistía en que hiciéramos la tarea en mi casa.

-¿Qué tiene de malo tu casa?- digo frunciendo el ceño.
-Nada... Sólo no me gusta que la gente entre.
Abro la boca intentando parecer indignada.
-¡Pero yo no soy cualquiera entré la gente!- chillo. Ella se ríe.
Llegamos a la entrada de su casa. Ya había estado hay antes, pero nunca había entrado.
-Hagamos el trabajo aquí- le propongo, sonriendo como niña pequeña. Ella niega con la cabeza.
-¡Lyra!- chillo. Ella se ríe y intenta callarme.

La puerta se abre de golpe. Y un muchacho pálido y ojeroso aparece.
Quedo boquiabierta.

Darkness |Ticci Toby|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora