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Las clases empiezan, el profesor se presenta como todos los años, para los alumnos nuevos, nos dice que temas vamos a manejar el primer semestre, después de dos hora en clase de cálculo, salgo para la clase de gimnasia la cual tenemos que cambiarnos por unos pantalones muy cortos.

El área donde realizamos gimnasia lo compartimos con los jugadores de fútbol, y es muy molesto que nos miren a nosotras las chicas con miradas cargadas de lujuria, es asqueroso y repugnante. La profesora nos pide que estiremos con las misma rutina de siempre como movimiento de hombros, estiramiento de piernas o plancha abdominal, después de esos ejercicios la profesora nos pone a correr durante toda la clase. La clase finaliza lo que significa que ya podemos ir a la cafetería, camino hasta mi casillero guardo mis cosas en él y de camino me encuentro a un muy emocionado Harry.

—Porque tanta emoción amigo mío?— le interrogo .

—Adivina quién es el nuevo integrante del equipo— se le ve tan feliz, y por su comentario me hace saber que entro.

—Mi amor te felicito, te lo mereces— lo abrazo por unos segundos.

—Liam va hacer un fiesta y el equipo me invitaron así que vamos a ir— dice tendiéndome la invitación.

—No creo que se buena idea, si quieres puedes ir tu con el equipo, pero yo no voy— le aseguro.

—Porfis, porfis, porfis, ¿sí?— me regala una súplica con la mirada, la cual él sabe que no me puedo resistir.

—Cuando es?— tomo la elegante invitación.

—El sábado, te aseguro que no te vas a arrepentir, te amo, vamos a pasar un super sábado.

—El sábado no puedo— lo molesto un poco, lo cual le saca una mueca muy graciosa.

—El sábado no trabajas — me refuta.

—Vale, pues el sábado de fiesta, pero cuéntame cómo estuvo tu día.

***

Llego a casa después de hacer los deberes en la casa de Harry, el día fue muy interesante y además emocionante, papá está preparando una deliciosa cena, como siempre cenamos en silencio, fregamos los trastes y nos vamos a nuestros dormitorio.

10 de la noche y no consigo conciliar el sueño, me quedo observando el techo de mi habitación, pensando en cómo sería mi vida si mamá estuviera conmigo, me gustaría tener una figura materna, que me aconsejara, que me enseñara o que estuviera a mi lado en días difíciles.

11 de la noche y decido salir a tomar aire fresco, me pongo un suéter negro con flores azules que me abriga bastante y además combina con mi pantalón del pijama azul, me pongo unas sandalias cómodas. Salgo de mi casa y me quedo sentada en una silla que se encuentra el patio delantero de esta.

A BROKEN GIRL ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora