🐟Psicosis: XiaoDery.

Entonces tu me gustas.

La mirada que le había dado Ten. Le había dado miedo y de cierta manera incomodidad que le daban la similitud a que huele a peligro.

-de acuerdo...- asintió, sintiéndo el momento incómodo.

Xiaojun bebió de su soda, para sacarle la lengua a su madre, mientras esta se retiraba.

-lo siento por preguntar eso. - le dijo al menor. -perdón. -

-mmhum. Pero bueno, ¡la pizza está muy rica! -

-sí, tenía mucho que no comía una. -

-sigues muy desconectado, hendery. - negó Xiaojun, cerrando los ojos. -pareces que vives en el siglo pasado, no haces nada. -

-soy aburrido. - bufo, mirando a la ventana, escuchando se los truenos de que pronto llovería. -creo que debo irme...-

- ¿tan pronto? -

-sí, no quiero mojarme y tener que enfermarme. -

-no creo que eso pase, tu dijiste cuidarme a mi cuando enfermara, así que yo te cuidare también a ti. -

Hendery le sonrió, acariciando sus cabellos, -pero no enfermare, debo irme, xiaoxiao. Necesito ganarle a la lluvia. - decía, colocándose de pie.

-está bien. - suspiro el contrario, sintiéndose triste, -ten cuidado hendery. -

-lo tendré. -

Hendery finalmente salió de su trabajo, si así se podía llamarle, la señora Xiao sólo le dijo adiós, como siempre enojada.

Ahora caminaba por la calle, directo a la parada de autobuses, por lo menos tomaría el bus temprano y sin que le diera miedo esperarlo.

Hasta qué paso a lado de un establecimiento donde vendían ropa para profesionales. Se quedo contemplando tras el mostrador de vidrio un bonito uniforme de color blanco con pequeños bordados negros, había otro de color negro con rojo y uno azul con gris, su mirada estaba clavada en aquellos tres, a la vez que sentía tristeza, porque el sólo tenía uno y ya estaba demasiado viejo.

Bajo su mirada, notando que sus zapatos se veían un poco viejos, suspiro. -soy ridículo. -

Miro por última vez los informes, para así irse, caminando a la parada de autobuses. Lo espero, hasta que paso.

En cuanto lleno a casa. Se tiró a la cama, mientras miraba el techo, o algo así, porque ya estaba oscuro y si, seguía sin luz y sin agua.

Tenía un problema un poco grave. Tenía que lavar la ropa de Xiaojun y entregársela mañana, tenía que lavar su uniforme para ponérselo mañana.

¿Y cómo lo iba hacer si no tenía no agua?, ¿pedirles a los vecinos?, ni siquiera sabía quiénes eran, menos los molestaría.

Se retiró la ropa de Xiaojun, para doblarla, llegándole el aroma característico de él, dulce y suave.

Sonrió al recordar las cosas que decía sin sentido.

Una vez acomodo la ropa, se puso su pijama, para acostarse en la cama.

De inmediato comenzó a llover.

Llegar a casa era aburrido. No tenía tv, ni luz ni nada. Se estaba volviendo monótono.

Ni siquiera podía leer el periódico porque no se veía nada por la oscuridad.

Así que mejor se durmió.

A la mañana siguiente el problema de ayer, seguía en pie, ¿cómo le explicaría a la señora Xiao que nomás tenía un uniforme?

Estaba buscando entre su viejo armario algo formal y que no fuese tan alocado, así que aventó a la cama desesperado un pantalón de mezclilla y un polo morado, junto a un suéter negro, cambiando se de inmediato. Le daba nervios que su jefa lo regañase.