Tres

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Sólo un poco más. Tienes que estarte quieto

Itachi apenas parpadeó por aquella orden. Se mantuvo neutral, y aguardo en solemne silencio hasta que el travieso zorro terminó su "trabajo"

-¡Listo!- exclamó Naruto al hincar uno de sus colmillos en el último tallo de la diminuta flor naranja. Después se sentó y espero pacientemente algún halago por su complicada labor. Habia tardado varios minutos recolectando las mejores flores. Realizar el collar siempre era un asunto que demandaba mucha práctica y paciencia de ambas partes. Pero, aún con todo, Naruto estaba satisfecho de que su primer obsequio no quedará en un simple intento fallido

-Mph...- alejándose unos metros del prado, Itachi fue a contemplar su imagen en el cristalino charco de agua. Lo que vio lo dejó más confundido todavía

Al acecho, Naruto hundió su rostro entre los arbustos, sus nueve colas se merecieron con sigilo

-Se llama Heliconia- dijo poco antes de saltar sobre la indefensa presa que bebía gotas de rocío de una hoja.Naruto se desplazó fugazmente por el claro, rodeando la hiedra y derrapando aquí y allá cuando la ardilla lo hacía. La siguió hasta que trepó a un árbol y la perdio la pista

-Se como se llaman- informó Itachi en tono lacónico, conteniendo las ganas de quitarse tan ridículo adorno floral para no herir los sentimientos del kitsune. Su padre lo mataría si llegaba a pillarlo con aquella guirnalda, aunque tampoco sentia escencial interés de revelarle ese dato a Naruto, no lo entenderia. Nadie lo haria.-Lo que no entiendo es por qué decidiste obsequiarme algo asi...- no tenía sentido, a su parecer

El pequeño Kitsune rodó sobre los tallos, tratando de deshacerse del molesto hormigueo en su estómago. Odiaba las hormonas, fueran lo que fueran...

-Mi familia suele regalar guirnaldas a sus aliados- explicó, arrastrandose por la tierra a medida que se impulsaba con ayuda de sus patas traseras. Itachi siguió cada uno de sus movimientos con la mirada. -Ahora que eres mi amigo, ese será nuestro pacto para no traicionarnos mutuamente

Itachi aspiro hondo cuando el juguetón Kitsune llegó a su lado. Habia algo en el que le inquietaba sobremanera

-Te recuerdo que fuiste tu el que trató de comerme..

-No volverá a pasar, ttebayo- sonrió Naruto, alzando una de sus patas para situarla sobre la cabeza del cuervo. Este entrecerro los ojos por la excesiva confianza a la que no terminaba de acostumbrarse

-Creo que deberíamos volver- susurró, serio. Naruto se levantó de un brinco, dispuesto a emplear otra de sus jugarretas, quiza una carrera para ver quien llegaba primero

-La corriente ya bajó- recién iba a dar un salto sobre la roca más cercana cuando gruesas gotas de agua empezaron a caer copiosamente

Aleteando de manera esporádica, Itachi se situó junto al Kitsune

-Retrocede- esta vez, no tuvo que repetirlo. Naruto volvió a la orilla a tiempo para presenciar como el nivel del agua crecía rápidamente. Entonces la lluvia torrencial se incrementó, la suave brisa vespertina arreció, y las copas de los árboles se agitaron violentamente, esparciendo hojas por doquier

Los pocos animales que se encontraban a la redonda, no tardaron en buscar un refugio seguro. Naruto también corrió, más por instinto que por cualquier presentimiento albergado. Itachi lo siguió de cerca, a sabiendas de que no podria emprender el vuelo en esas condiciones

-Me van a reprender- sollozó Naruto al no hallar ningún agujero que le permitiera resguardarse de la lluvia. -Si me enfermo, nunca me dejarán salir otra vez

Itachi pensó -con cierta gracia de por medio- que Naruto lucía demasiado adorable con el pelaje empapado. Sin embargo reparó en la gravedad del asunto

LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora