Ramé

Parte 4 : Imborrable

4 de febrero del 2019

REI

Todo lo que recordaba era ella, su sensualidad iluminada por las luces de la disco, ese movimiento de caderas que me dejó hipnotizado, su descaro y su deleite al bailar siendo el centro de atención de todos los hombres y la envidia de las mujeres que quedaban opacadas a su lado. Me quise acercar, era una idea tentadora, pero ¿qué le iba a decir a mi acompañante? ¿Qué la dejaba plantada por una belleza exquisita bailando en la mitad de la pista? ¿Que lo único que tenía en mente era acercarme a la desconocida y bailar lo más pegado que nuestros cuerpos permitieran para luego arrancarle ese vestido y saborear esa piel que se veía un poco escarchada por el sudor del baile? No. Yo no era un patán, bueno si, pero en este momento no lo podía ser, eso me perjudicaría.

Ella era como un imán que me quería arrastrar a su lado, pues no sé si era mi imaginación, pero parecía que la chica miraba de vez en cuando hacia acá, me sonreía coqueta, se movía de manera sensual y pasaba sus manos por su cuerpo incitándome a pecar, ¡MALDITA SEA! lo único que podía hacer desde aquí era sonreírle de medio lado y repasarla con la mirada, casi deseando poder traspasar su ropa y ver toda su anatomía sin que los demás se dieran cuenta. Definitivamente ella era la tentación en carne y hueso.

No podía dejar de pensar en ella, quería saber que se hubiera sentido bailar con ella, dejarme llevar por la tentación o por lo menos haber escuchado el sonido de su voz, ¿sería igual de tentador e incitante que todo su cuerpo? Me maldigo por salir corriendo esa noche de allí para evitar la tentación, quería saber todo sobre esa pequeña diabla bañada en deseo; creo que sería imposible, pero quería verla una vez más, ir a la disco, tentar a la suerte y tal vez en una remota posibilidad encontrármela y saber cómo se sienten sus curvas debajo de las mías.