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El lunes había llegado, y con él, el despertarse temprano para asistir a UA. Mei apagó su despertador con desgano, y se levanto para ir al baño. Al pasar por enfrente de la habitación de su hermano, vio que todavía seguía dormido.
— Eh Kato, despierta. — dijo mientras le pegaba unos golpes a la puerta abierta de la oscura habitación.
— Mouh, qué hora es? — preguntó el nombrado sin abrir los ojos.
— Temprano, así que levanta tu trasero de la cama y despierta de una vez. — Dicho esto la chica entró al baño y se dio una ducha rápida, saliendo con su cuerpo envuelto en un par de toallas.

Ya en su habitación, y todavía con una toalla en su mojado cabello, comenzó a ponerse la parte de abajo de su uniforme escolar. Terminó y se dirigió a su tocador. Este guardaba un par de polvos y lápiz labiales que rara vez se ponía, pero también tenía su secador de pelo, que enchufó a la pared y se dispuso a encender.

Un par de minutos después escuchó a Kato gritándole desde el baño.
— ¿¡Qué!? — le respondió gritando desde su habitación.
— ¡Que me traigas una toalla! — le contestó él.
— ¡Ahí voy! —
Agarró las toallas que había usado y entró al baño para dárselas a su hermano.

— Te dije que no te llevaras las toallas cuando termines de bañarte. — le dijo medio molesto.
— Si si, lo que sea, aquí las tienes. — dijo y las dejó sobre la tapa del inodoro.

Volvió a su habitación y terminó de vestirse, poniéndose así los zapatos y peinando un poco su corto cabello.
Agarró su mochila, esta vez con las carpetas correctas, y bajó las escaleras para ir al comedor y desayunar. Allí la esperaba un plato con un par de galletas recién horneadas y un café caliente.

— Buenos días Mei, ¿cómo has dormido? — le preguntó su madre mientras dejaba el plato con la comida de su hermano en la mesa.
— Bien — dijo, tratando de contener un bostezo. — ¿Le pusiste azúcar al café? — preguntó después, señalando su taza.
— Sí, un sobre solo.— le respondió su madre con una sonrisa.

Mei se sentó en su silla y comenzó a comer. Un par de minutos después, bajó su hermano y se sentó en el otro lado de la mesa, frente a Mei. El siempre tomaba un jugo de naranja con un par de galletas, debido a que no le gustaba mucho el sabor del café.

    ♪───O(≧∇≦)O────♪

Al llegar a la academia, y luego de subir un par de pisos por escalera, Mei llegó al salón de clases. Al mirar el reloj que se encontraba sobre la pizarra, que marcaba alrededor de las 7:40 de la mañana, se dio cuenta de que las clases estaban a punto de comenzar, por lo que corrió hacia su asiento y acomodó sus útiles lo más rápido que pudo.

Vlad King entró al salón para pasar lista y corroborar que todos los alumnos estuvieran presentes. Después de esto, les informó a los alumnos que Cementoss no se on contra a presente, por lo que la materia que este enseñaba iba a ser reemplazada por otra, en este caso, inglés.

Se pudo escuchar un quejido proveniente de los alumnos sentados al fondo del salón, las clases con Present Mic eran densas y complejas para algunos.
— Oigan, necesitan aprender inglés para comunicarse si tienen que hacer un trabajo en el exterior. Además, estoy seguro de las clases con Mic no son tan complicadas. — dijo Vlad, antes de retirarse por la puerta del salón.

    ♪───O(≧∇≦)O────♪

— ¡~~! —

La campaña que señalaba el inicio del almuerzo había sonado, por lo que los héroes dejaron de dar clases e incitaron a sus alumnos a que se dirigieran al comedor. Mei y sus amigas bajaron las escaleras en un abrir y cerrar de ojos, pero, para el momento en el que llegaron, la cafetería se había llenado de personas. Gente ocupando mesas, pidiendo comida, paradas en el medio del camino con su bandeja porque no sabían que hacer, demasiados obstáculos que atravesar y poco tiempo para llegar y que no haya cola para ordenar el almuerzo.

Cuando llegaron a la caja, cada una de las chicas pidió un plato diferente; Setsuna eligió un plato de takoyakis, acompañándolo con una pequeña porción de arroz, Kendo ordenó un tonkatsu, Ibara escogió un par de onigiris y Komori pidió un plato de tonkatsu. Mientras que Mei optó por un plato de udon.

Al tener todas su comida, se dirigieron todas juntas a su mesa habitual, que se encontraba prácticamente al otro lado del comedor.
El ambiente del lugar era muy ruidoso, con gritos por aquí y por allá, y muchas risas provenientes de todas las mesas.

Mei pudo distinguir la cabellera morada de Shinsou a lo lejos, y vio cómo este se encontraba rodeado por sus compañeros, comiendo con ellos. Las únicas veces que lo había visto antes del festival deportivo nunca se percató de lo solo que había estado en esa mesa.

Su mente volvió a la realidad y pudo ver cómo Hitoshi le devolvía la mirada, para después seguir masticando su comida y agregar un pequeño comentario a la animada conversación que tenían sus compañeros.

Se ve que se le había quedado mirando unos cuantos minutos, porque Setsuna no paraba de agitar su mano en frente de sus ojos, tratando de sacarla de un trance.
— A-ah, ¿qué pasa? — preguntó Mei.
— Te hemos estado llamado por cinco minutos y no nos contestabas. — le dijo su amiga con un puchero. Acto seguido, miró en la dirección en la que la chica de cabellos castaños había estado observando. — Ahhh, con que estabas mirando a ese chico otra vez eh. ¿Qué pasa? ¿Acaso te gusta? — le preguntó Setsuna con un sutil tono burlón.

Mei se ruborizó al instante.
— N-no, Shinsou no me gusta. Solo creo que somos un poco parecidos en algunos aspectos, entonces, m-me gustaría conocerlo un poco mejor... — estas últimas palabras salieron con un tono de voz más bajo, como si eso pudiera hacer que sus compañeras no la escucharan.

— Yo creo que debería ir a hablarle Fukushima-san. Usted es una persona muy gentil, estoy segura de que no podría caerle mal. — le dijo Ibara con una sonrisa.
— Eres muy amable Ibara-chan, pero, no creo que tengamos la confianza suficiente en el otro como para entablar una conversación. —

Mei se rascó la nuca con desgano. No mentiría, Shinsou si era apuesto, pero de eso a estar enamorada? Había un gran salto en el medio que ella no se podía permitir tomar. ¿Qué pasaría si se enamorara de él? ¿O si se le declaraba y él la rechazaba? ¿O si accidentalmente le hacía daño con su kosei?
Demasiadas variables que eran mejor omitir.

— ¿Por qué no pruebas ir a hablarle ahora? — dijo Kendou.
— Pero está hablando con sus compañeros de curso, siento que voy a quedar mal. — respondió Mei.
— En el amor uno arriesga todo lo que tiene. — dijo Komori levantando el dedo índice para sonar más poética.
— Ya les dije que no me gusta — dijo Mei entre ruborizada y avergonzada.
— No te dejaremos en paz hasta que vayas y le hables. — Setsuna la miraba con una mirada decidida. La de cabellos castaños hizo un puchero. — Mira si no vas ahora, ¿crees que tendrás otra oportunidad para hacerlo? —

Mei agarró con firmeza los bordes de su bandeja de comida, tratando de darse confianza para cumplir lo que estaba a punto de decir.
— Está bien, iré a hablarle. —
Levantó su bandeja de la mesa y miró a sus amigas por última vez antes de pararse para ir hacia la mesa de Hitoshi. Todas le hacían pulgares hacia arriba, deseándole buena suerte.

Y allí iba ella, hacía un mundo desconocido, hacia la mesa de Shinsou Hitoshi.

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2021 ⏰

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Control - Shinsou HitoshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora