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—¿Llamaste a Louis?

—Si.

—¿Le dijiste que no irías por Aquino?

Daarick lo dijo en tono de broma buscando tal vez que Duxo se riera un poco.

—No. Obviamente que no. Es humillante. Ese Alfa... ¡Ugh! Lo odio. 

Se dejó caer sobre la cama cerrando los ojos, recién ahora se daba cuenta de que su vida cambiaría por completo.

Se casaría en un tiempo y hasta que ocurra se supone que está saliendo con Aquino, y se supone que está en una relación con Aquino.

Todo debería ser superficial. Fingir no sería difícil para Duxo, el problema era. El. Molesto. Alfa.

No tenía idea de lo que estaba pasando, de lo que le estaba pasando. Su mente estaba jodida porque no es posible que haya sido tan sumiso permitiendo todo. Aunque no habían muchas opciones para elegir de todas formas... pero ese alfa actuaba como si lo supiera todo. Tan molesto.

—Yo puedo hacer lo que quiera y cuando quiera. Aquino no es mi dueño. Nunca lo será.

Daarick tomó un curioso peluche de orangután entre sus manos mientras se sentaba en la cama.

—Idiota. Ya no puedes hacer lo que quieras. Un poco de moderación no te matará.

—Lo dices tan fácil...dejemos eso de lado. Mejor podrías empezar hablando del por qué no te veré en los próximos dos meses. No puedo creer que no me hayas dicho nada. Y de donde sacaste ese peluche, es feo-

Siendo interrumpido por la repentina risa de su amigo, Duxo lo miró curioso.

—Vete a la mierda, no tengo la culpa. Estas demaciado envuelto alrededor de Aquino que no te dije nada. Además no es tan importante, solo iré para visitar a Sara. Estaremos en contacto.

—No menciones a ese alfa.

—Que infantil.

Dijo Daarick mirándolo burlón.

Luego de suspirar nuevamente Duxo continuó.

—No vi a tu madre desde hace años, no la trates mal. Ella solo quiere ser feliz, sabes que te quiere mucho. Tú eres el infantil aquí. Ella es adulta puede hacer lo que quiera, aunque enamorarse al punto de destruir su familia es... 

—Soy muy adulto al ir a visitarla cuando nos dejó a mi padre y a mí. Nunca la apreciaré ni volveré a considerar mi madre. La cortesía es lo máximo que merece y recibirá de mí.

Sus padres se habían separado hace ocho años cuando Daarick apenas tenía once años. Eran una familia muy unida y amorosa. Daarick era hijo único así que como era de esperarse, fue muy amado. 

Daarick era un niño inocente que creía en los "felices para siempre", en el amor verdadero, lo creía porque veía a sus padres felices el uno con el otro.

Su madre era un alfa muy cariñosa con su padre omega. Siempre mirándose con ese amor que Darick nunca entenderá.

Nunca entenderá como ese asqueroso "amor" dejó a su padre tan miserable cuando la mujer se fue por la puerta principal con calma.

En ese momento era muy joven para darse cuenta pero cuando su padre se agachó y lo abrazó tan fuerte que dolía, lo supo.

Tan simple como esa mujer alfa, orgullosa y egoísta eligiendo a otro Omega antes que a su familia. 

Nunca la perdonaría. Aún si su padre repitiera tantas veces que era lo mejor, que no quería estar con alguien que no lo amara, con alguien que se quede por lástima. 

Cobarde.

Era evidente que aún le dolía el abandono de su alfa. 

—Este orangután me lo regaló Anthony. Fue simple impulso. —Dijo sonriendo.

Anthony lo había tenido con él el tiempo suficiente como para que su aroma se quede en el peluche. La menta y tierra mojada era atrayente para Daarick. Le gustaba, pero sería muy vergonzoso decirlo en voz alta.

—...

Duxo se dio cuenta que ese peluche tenía el aroma de Anthony pero no entendía porque lo tenía Daarick. 

¿Ese alfa le interesaba? ¿Quería seducirlo? No sería nada nuevo de parte de su amigo, pero ese alfa era cercano a Aquino y sería...

—¿Porque él? No parece como tus anteriores amantes.

Daarick aunque tranquilo y calmado en momentos, tenía una vida amorosa muy entretenida. Era guapo y con dinero, cualquier Alfa se volteaba a verlo cuando pasaba. 

Y sus feromonas.

Omegas y Alfas con la mente aturdida y sentidos abrumados caían de rodillas frente a él. No era algo sexual, era la intensidad pura de las feromonas de Omega. Duxo no podía y no conocía a nadie más aparte de Daarick que pudiera hacerlo. 

Lo hacía muy pocas veces pero era impresionante en cada ocasión.

—¿No lo viste? Es guapo, tiene buen cuerpo y dinero. ¿Que más se puede pedir?

Rodando los ojos Duxo no comentó nada.

—No me voy a enredar mucho tiempo con él, solo quiero pasar el rato. No como tú, novato. A mí realmente nadie me domina. Soy libre.

—Yo también...

Daarick solo río por un momento antes de quedarse sonriente mirando a la nada. Sus ojos lucían cansados con ese borde oscuro por falta de sueño.

El tema de Sara afectaba a su amigo más de lo que dejaba ver, era como un trauma. Luego de la separación de sus padres la perspectiva de Daarick había cambiado por completo.

Sin pensarlo mucho Duxo liberó un poco de sus feromonas con suavidad, casi ni se notaba. Daarick decía que tenía un aroma agradable, así que intentó trasmitir apoyo.

—Sé lo que tratas de hacer. Gracias pero no necesito consuelo... Mejor salgamos a jugar con algo. A ver una película, lo que sea.

—Está bien.

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Volví.
Bajen los tomates x2

Dejé esta historia por mucho tiempo. Es muy posible que me olvide de cosas y detalles, y seguro las personalidades de los chicos cambie un poco JAJAJA.

Aún no entiendo porqué leen esta historia, es denso y tedioso. No tiene humor, no tiene escenas subidas de tono, ni tiene la personalidad de Duxo y Aquino. No entiendo porqué la leen, pero espero que los entretenga un rato.

Esta historia la comenzé hace casi un año. ¿Qué edad creen que tenía? Siento que he envejecido un montón.

Bye~

Regresaré muy pronto.

Veneno Irresistible [Duxino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora