GenderSwitchs Vol. 1 (Español)

Capítulo 7: "Carrera de 20 metros"

Atsushi y yo habíamos llegado ya a los vestidores para cambiarnos e ir a educación física.

“Aquí nos separamos. Nos vemos allá afuera.”

“Claro.”

Dije, y volteé mi vista hacia el otro lado, y me dirigí hacia el vestidor de chicas.

Realmente estaba poniéndome nervioso por tener que cambiarme en el mismo vestidor que las chicas, aún si yo era una.

De todas formas, tenía que ser fuerte, así que ya estando decidido, fui hasta allá, y me paré frente a la puerta.

Una gota de sudor cayó de mi frente, y tragué un poco de saliva antes de entrar al vestidor.

¡Es ahora o nunca!

Lentamente empecé a abrir la puerta, mientras mis manos temblaban levemente. Sabía que sería un reto entrar aquí con ellas dentro.

Terminé de abrir la puerta, y entré normalmente.

Podía escuchar las voces de las chicas de mi clase resonar entre las paredes, pero la que más sobresalía era la de ella.

Mi cara pasó de estar con nervios a estar con algo de molestia.

“¿Y ya viste el nuevo vestido? ¡Es tan lindo!”

“¡Sí, sí, es hermoso! Ojalá tuviera un novio que me diera uno…”

Hablaban de cosas típicas entre chicas, al parecer. No les di demasiada importancia, y entré hacia el vestidor.

Ahí estaban todas las chicas de mi clase, algunas en ropa interior, otras con el uniforme ya puesto, y otras que estaban terminando de ponerse el uniforme.

Todas, absolutamente TODAS voltearon a verme en ese momento, y se quedaron en silencio.

La situación se había vuelto incómoda, y me había quedado ahí parado esperando una reacción.

“¿Qué haces aquí?” preguntó la perra de Misaki.

“Venía a cambiarme para dar educación física. ¿Hay algún problema en eso?”

“Pues claro, ¿Qué hace un chico trasvestido aquí?”

“¡No estoy trasvestido!”

Dije molesto, mientras las demás chicas se cubrían con sus camisas.

Dejé salir un notorio suspiro y dije:

“No voy a mirarlas, ya que no me interesa; sólo me cambiaré y me iré.”

Seguidamente empecé a caminar hasta el fondo de los vestidores, yendo hacia la esquina, donde el profesor dijo que había puesto el mío.

Mientras pasaba a través de ellas, sus miradas de asco podían notarse claramente en sus rostros.

Yo intentaba ignorar esas miradas y seguía caminando hasta que llegué al fondo de todo, y abrí mi casillero.

Seguidamente dejé mis cosas y empecé a quitarme mi camisa. Una vez me la quité, pude oír sonidos raros venir del otro lado de la puerta del casillero. Me asomé, y vi que la mayoría de las chicas estaban mirándome… O más bien, estaban mirando mi busto.

“Entonces de verdad es una chica…”

“¡Qué extraño!”

Empezaron a murmurar, mientras que yo, por mi parte, volví mi vista hacia el casillero, y seguí cambiándome.

Hoy tendríamos clase afuera en el campus, así que usaríamos el uniforme corto. Saqué el short rojo carmesí y la camisa blanca que había dentro, y empecé a ponérmela.