Gong Lixing »» [𝔟𝔩]

𝗖𝗛 26

El eclipse solar ocurrió alrededor de las 9 de la mañana. Todos habían pasado las pocas horas al principio corriendo antes de llegar a este edificio sin terminar, así que todos estaban exhaustos. Pasaban el tiempo tumbados en el suelo o apoyados contra la pared.

Después de descansar lo suficiente, ya eran las cuatro de la tarde. Alrededor de esta hora, el sol feroz normalmente se hundía un poco y la temperatura no era tan alta como la mitad del día.

Todos estaban agotados por los eventos del día, y sus cuerpos ya estaban cubiertos de ceniza negra y sangre, lo que los incomodaba. Solo Gong Lixin, que no había comenzado a sudar desde el comienzo del apocalipsis, todavía parecía renovado. Su ropa estaba completamente limpia y se veía particularmente guapo.

Esta fue la fuerza. Con una fuerza superior, aún podrían vivir fácilmente en el apocalipsis, al igual que el joven maestro Gong. Los sacrificios inútiles que hicieron los dejaron más asombrados por el joven maestro Gong. Solo He Jin, cuyas cejas estaban arrugadas, no estaba dispuesto a ver la brecha invisible entre ellos.

Los zombis seguían yendo y viniendo justo afuera del edificio, por lo que no podían salir. Por lo tanto, solo podían quedarse quietos y procesar sus propios pensamientos. Así, pasaron otras dos horas, eran casi las siete. El sol ardiente de afuera ya había desaparecido en el horizonte occidental. La frescura del viento aprovechó esta oportunidad para suavizar el calor persistente, haciendo que la temperatura sea mucho más agradable de soportar.

Aunque la gente no tenía mucho apetito durante la temporada de verano, todos los presentes habían corrido durante mucho tiempo y solo habían tomado un desayuno sencillo por la mañana. Todos estaban empezando a sentir la punzada de hambre a medida que la temperatura se enfriaba.

No sabían quién era, pero un fuerte ruido brotó del estómago de una persona. Fue lo suficientemente fuerte como para hacer eco en todo el pasillo vacío, despertando a todos de su estupor.

Lu Yun no dudó en darse a conocer. Sostuvo su estómago que seguía gritando y se giró para mirar a He Jin con las orejas teñidas de rojo y dijo: "Oye, tengo un poco de hambre". Estaba siendo bastante modesto acerca de su nivel de hambre, al decir que solo tenía "un poco" de hambre.

He Jin frunció el ceño a Lu Yun pero no habló. Lu Yun se lamió los labios y, ante la mirada fría que se le dio, inclinó tímidamente la cabeza. De repente sintió que él era la comida. Y si tuviera que añadirle una descripción, sería comida "inútil".

"Oh, también tengo hambre. Solo comí un plato de avena por la mañana". Gong Lixin era un niño sincero y honesto. Tenía una voz sincera y resolvió sus problemas de manera oportuna.

"Lixin, aguanta un poco. Estoy tratando de recordar el trazado de las calles de afuera". El niño lo miró con ojos grandes llenos de expectación, como un pajarito esperando ser alimentado y con una necesidad desesperada de cuidados y protección. Solo en esta situación desapareció la sensación invisible de distancia. El corazón que inicialmente se sintió perdido, estaba lleno una vez más. La boca de He Jin estaba ligeramente levantada y tocó suavemente la cabeza del niño.

Lu Yun escuchó esta tranquilidad. Mientras el Hermano no tuviera la intención de matarlo de hambre, todo está bien. Sin embargo, ¿no era el hermano He feroz y siniestro, incluso frío, para él? ¿Por qué fue tan amable con el joven maestro Gong?

Al observar lo inteligente y sensible que era Gong Lixin y la agradable apariencia del joven maestro Gong, Lu Yun miró hacia abajo. No tenía rostro para compararse.

"Iremos a Chongwen Road, que está a 100 metros a la izquierda fuera de la puerta de hierro. Hay una fila de tiendas en esa calle del lado derecho. La cuarta cuadra tiene un supermercado en miniatura. La tienda no es demasiado grande pero siempre se vendía algo de comida, así que iremos allí ". Como mercenario, explorar el terreno y el diseño circundante se convirtió casi en una segunda naturaleza; los instintos que había ganado en la batalla estaban grabados en sus huesos. He Jin solo tuvo que pensar por un momento antes de que se formara un mapa del área en su mente.