CALIOPE; WINX CLUB | BLOOM (CANCELADA)

𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 𝙐𝙉𝙊 !🦋

 𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 𝙐𝙉𝙊 !🦋 

" 𝚍𝚎𝚋𝚎𝚜 𝚛𝚎𝚕𝚊𝚓𝚊𝚛𝚝𝚎 "

—Bien, Calíope, inténtalo una vez más—le ordenó su padre a una pequeña Calíope de diez años.

Ella podía sentir la emoción de su padre y él podía sentir la inseguridad de su hija.

—No quiero hacerte daño—dijo la pelirroja con nerviosismo.

—No lo harás—le dijo seguro.

—Tengo miedo—sus ojos se pusieron cristalinos.

—Calíope hazlo, no hay nadie, estamos en medio del bosque—le exigió nuevamente.

La pelirroja intentó concentrarse para que no se saliera de control la situación de nuevo, ya lo había arruinado muchas veces, no importaba las veces que se esforzara.

—Ya lo has controlado antes—dijo Garomius.

—Fue suerte—soltó molesta.

—La suerte es para humanos—dijo con desdén—, tu eres una hada, una princesa, ahora, hazlo.

—Pero papá—las manos comenzaron a temblarle, podía sentir toda la energía recorriendo su cuerpo.

—¡Vamos Calíope, hazlo!—le gritaba con brusquedad—, ¡enorgullece a tu padre una vez en tu vida!—dijo para hacerla enojar.

Los ojos de Calíope se iluminaron de un morado intenso, mientras que los grandes arboles comenzaron a moverse levemente de un lado al otro, las ondas sonoras de la pelirroja lo estaban provocando, ella estaba comenzándose a enojar por los comentario de su padre y él sólo seguía y seguía gritanle cosas para enojarla mientras sostenía una sonrisa en sus labios, una sonrisa de orgullo.

—Cállate, por favor —le pidió mirándolo fijamente.

Los árboles se movían con más brusquedad.

—Muy bien, cariño, ahora debes relájate—dijo su padre en un tono más calmado.

—¡¿Cómo me pides que me relaje luego de todo lo que me dijiste?!—le gritó furiosa.

—Calíope, si no te relajas no podrás controlar tu poder.

—¡No pienso relajarme!—haciendo sus manos hacia adelante en dirección a su padre, eso provocó que una gran onda sonora saliera directo hacia él.

Garomius cruzó sus brazos frente a su cara para evitar que eso lo lastimara, mientras que a sus costados y detrás de él, varios árboles cayeron al mismo tiempo que la pequeña pelirroja caía de rodillas al suelo, estaba débil.

—Es suficiente por hoy—dijo su padre cargándola—, estuvo bien, cariño—beso su frente— en unos años más irás a Alfea y te ayudarán a controlar tus poderes, esto sólo es el comienzo.

—Extrañó a mamá—le dijo asiendo puchero.

—Yo también, Cali—susurro su padre.

—Fue mi culpa—soltó comenzando a llorar.

—No Calíope, no fue tu culpa.

La pequeña se aferro a la camisa de su padre mientras lloraba aún más, siempre se echaría la culpa de lo que sucedió aquel día.