Jungkook vivió toda su vida preparándose para ser rey. No había minuto de su joven existencia en el cual el chico no hubiera vivido una vida llena de reglas y no hubiera cargado con la presión constante que le generaba formarse como el futuro Rey del Reino que le vio crecer.
La dinastía Jeon no era cosa de apenas un par de generaciones, su apellido era antiguo y poderoso desde hace al menos unas diez generaciones antes de la suya. Los Jeon eran reyes formados con carácter, determinación y soberbia, algunos más despiadados que otros, pero todos igual de poderosos y respetados. Aunque la razón del respeto ganado dependía de cada uno, la mayoría de ellos ameritaba el respeto del pueblo hacia ellos al temor que sembraban en el reino. Cada uno de los Reyes de la dinastía Jeon eran conocidos por algún adjetivo en particular y la mayoría, no eran adjetivos muy agradables... "Jungseok el maligno" "Jungjing el loco" "Jonjin el cruel" "Juesun el bárbaro" y pare de contar. Jungkook creció escuchando historias de sus antecesores y solo uno de los quince de ellos era recordado de manera decente o digna, según Jungkook.
"Jikook el misericordioso"
Escuchar aquel nombre le llenaba de esperanza, pues, él al igual que Jikook el misericordioso, quería ser un buen líder, un Rey que fuera recordado por sus buenas acciones y su bondad, no por el temor que podría llegar inculcar de manera sistemática al pueblo. Jungkook tenía pensamientos más igualitarios y odiaba las injusticias. No mentiría, se sentía agradecido de haber nacido en una cuna que le permitiera tener alimento todos los días, sin embargo, odiaba saber que por cada persona que tenía techo y comida como él, existían en el reino alrededor de diez personas más que no poseían las mismas comodidades. Sin adjuntar que esto se debía al resultado de las leyes nada equitativas que sus antecesores habían impuesto bajo su conveniencia.
Jungkook quería erradicar esa desigualdad, evitar dejar todo el peso del reino en manos de una persona y hacer todo un poco más democrático, con el fin de que todos tuvieran más oportunidades de tener una vida digna si trabajaban por ello.
A sus casi veinte años de edad, Jungkook había sido entrenado por el mejor hacedor de Reyes que pudo haber encontrado, Park Hamin, el padre de uno de sus amigos más cercanos, Park Jimin.
Jimin, era hijo de una dinastía igual de conocida en el reino que la suya, ya que, estos se habían dedicado a desempeñar papeles en el reino tan importantes como ser consejeros personales del rey, líderes de la guardia real, representantes en otros reinos o directamente la mano derecha del Rey. Jimin era fabuloso, meticuloso, estratega y pensaba de manera más calculada que cualquiera en el lugar, era apenas dos años mayor que él, pero era muchísimo más inteligente por naturaleza, aunque a veces le gustaba hacerse el tonto para evitar problemas. Jimin era una mente maestra y una promesa en el reino, demasiado joven para ser mano derecha del Rey actual, pero perfecto para ser la mano de derecha del siguiente.
Jungkook no tenía problema alguno con Jimin siendo su mano derecha en el futuro, siempre había disfrutado la compañía de él, un chico tan tranquilo y calmado que le generaba calma y paz. Jungkook esperaba con ansias dirigir el reino a su lado... Es ahí donde erradicaba el problema. Jungkook quería dirigir el reino con Jimin a su lado, solo con él y nadie más que él.
Jungkook odiaba la idea de tener que desposar a una joven dama de una familia igual de poderosa que él, odiaba tener que pensar en compartir cada día de su vida con otra persona que no fuera Jimin, era molesto siquiera pensarlo, aunque a su vez, también sabía que era absurdo pensar que era molesto. Sabía que no podía estar con Jimin más allá que como un amigo, pero, de todas maneras, no podía evitar sentirse de esa manera y para su desgracia, algunas personas habían comenzado a notar ciertas debilidades que el futuro Rey mostraba cuando se trataba de Jimin. Incluyendo a su padre, quién estaba decido a evitar que se diera cualquier acto impuro entre ambos jóvenes que pudiera dañar la imagen de Jungkook.
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BEAUTIFUL ミ KOOKMIN MINI FIC
Short StoryJimin posee una belleza que muchos aseguran no es de este mundo. Es codiciado por todas las mujeres del reino sin aparente excepción, incluso se escuchan rumores de que su belleza es tan apabullante que ni los hombres pueden evitar soltar suspiros p...