Jungkook siempre estaba ahí para cuidar la espalda de Jimin.
Casi como si se tratara de una alarma en su cabeza, siempre solía llegar en el momento exacto. Podría tratarse de una simple casualidad, pero a Jungkook le gustaba creer que se trataba de algo más divino, como sus almas siendo tan almas destinadas, que compartían un sexto sentido que llevado el nombre del otro.
Jimin dejó salir el aire de sus pulmones, aliviado cuando oyó la voz de Jungkook hacer presencia en el lugar. Jungkook no miraba a Jimin a los ojos, sin embargo, le pidió al Rey que, por favor, les permitiera a hablar solos un momento. El rey Teok para no generar una discusión como la de la mañana, accedió y le dijo a Jimin que, por favor, le concediera un poco de su tiempo luego, para hablar solo ellos dos en algún lugar de su comodidad. Jimin asintió para no alargar más la conversación, aunque en sus planes no estaba quedarse en compañía del rey fuera de la vista de más personas.
Pese a que Jungkook fue quien pidió estar solos un momento, no había dicho palabra alguna desde que el Rey del más allá del vacío les dejó. Jimin por otra parte, tampoco había hablado esperando que Jungkook se sintiera lo suficientemente bien como para hacerlo. Jimin pudo jurar que habían pasado incluso horas desde que habían entrado en el lugar, pues, el cielo que antes estaba iluminado con la luz del sol, había decido darle paso a la luna para dejarla hacer su trabajo. Jimin se paró de su lugar, sus pies estaban entumecidos por estar sentado en la misma posición desde hace tanto tiempo, así que decidió dar vueltas por el invernadero por lo que pareció ser una media hora más, hasta que, de la nada, Jungkook se levantó del lugar y fue hasta él.
Jungkook pareció retener aire en sus pulmones, casi como si estuviera tomando valentía para dejar salir las palabras que llevaban atoradas su pecho desde que llegó al lugar.
—Solo quiero saber una cosa. Juro por Dios que, si me dices que no, no te molestaré más y dejaré ir esta tonta fantasía de estar juntos para siempre. Pero si dices que sí, juro que renunciaré a cualquier cosa y encontraré una manera de estar juntos —ladeo la cabeza— Que va, no lo juro por Dios, no sería suficiente. Lo juro por lo que más quiero en este mundo, que, por si no lo he dejado lo suficientemente claro, lo que más quiero en esta vida y querré en el resto de ellas, eres tú, Jimin —su voz fue clara, aunque sus manos se agitaban nerviosas contra sus muslos— Hace un momento en el consejo... ¿Mentiste sobre Lady Alaska solo para que dejara de ir en contra de mi padre?
Jimin dudó por unos segundos, sabía que Jungkook no juraba en vano y sabía que cualquiera que fuera su respuesta, esta tendría un gran peso sobre ambos y su relación en el futuro.
Jimin solía ser la voz de la razón entre ambos, pero en ese momento, no pudo evitar que su corazón actuara por él en lugar de la razón.
Jimin se aproximó a Jungkook y alzándose sobre sus pies, se aferró a su nuca para besarlo mientras que sus pensamientos se despejan y daban paso a palabras claras. Jungkook, aunque no esperaba que un beso fuera su respuesta, le correspondió apenas sintió los labios del rubio sobre los suyos.
El beso duró unos segundos bastantes largos y pese a no ser algo tierno, estaba lejos de ser algo brusco o necesitado. Era un beso que tal vez, para otros no tendría valor, explicación o significado alguno, pero para ellos, era todo lo contrario. Aquel beso, iniciaba una revolución de sentimientos e ideales.
Una revolución que no tendría retorno alguno, por más que alguien quisiera detenerla, ninguno de los dos cedería a renunciar hasta alcanzar su íntima y privada victoria.
—Mentí, Jungkook —habló Jimin separándose de los labios de Jungkook y de cualquier sentido de lógica y razón que quedaba en él— Por supuesto que mentí, jamás pediría algo como aquello. Jamás lo haría cuando sé que, aunque esté junto a alguien más por obligación o apariencias, mi corazón seguirá estando junto a ti y latiendo solo por ti.
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BEAUTIFUL ミ KOOKMIN MINI FIC
Short StoryJimin posee una belleza que muchos aseguran no es de este mundo. Es codiciado por todas las mujeres del reino sin aparente excepción, incluso se escuchan rumores de que su belleza es tan apabullante que ni los hombres pueden evitar soltar suspiros p...