Capítulo 7: La decisión de Thalia y la decapitación de un vampiro que NO brilla.

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- ¡Wooow! ¿¡Viste eso, Thalia!? ¿¡Lo viste!? ¡Detuvo las balas en el aire con solo levantar las manos!? -exclamó emocionado un niño de siete años, mientras miraba a su hermana y luego a la pantalla del televisor.

Thalia no pude evitar reírse ante brillo en los ojos de su hermano menor. Ambos estaban sentados en el sofá del salón viendo la película ¨Matrix¨ en la televisión.

-Bueno, él es el elegido, ¿verdad? Obviamente podrá hacer muchas cosas.

- ¡Muchas cosas geniales! Si puede parar balas, ¿también podrá volar? -inquirió Jason.

-Bueno, si te contara las cosas que puede hacer, ¿Dónde estaría la emoción en verlo por primera vez? No debes de hacer eso, Jason.

- ¿Qué cosa? -- preguntó, volteándose para ver a su hermana.

-Spoilers-escupió Thalia, con desagrado-. Es lo peor que puedes hacer a la hora de ver una película o cualquier historia. Sólo las personas desagradables lo hacen, y tú no lo eres, ¿verdad, Jason?

- ¡No, no lo soy! ¡Nunca haré spoilers! Te lo prometo, Thals.

Thalia se rio entre dientes y acarició la cabeza rubia de su hermanito. Le resultaba fácil hacerlo ya que Jason estaban sentado entre sus piernas mientras ambos observaban la película.

- ¿Lo harás sin cuestionarme? -preguntó Thalia-. Las promesas son muy importantes, Jason. No tienes que hacérselas a cualquier persona.

- ¡No eres cualquier persona! -dijo Jason, acaloradamente-. ¡Eres mi hermana, mi familia! ¡La promesa hacia la familia es la más importante!

Thalia quedó un poco anonadada, pero no pudo evitar sentirse conmovida por sus palabras.

¨Familia...¨

Sí, Jason era su única familia. Sólo eran él y ella. Su madre era una perra alcohólica resentida contra Zeus y desquitaba su rabia y frustraciones con ellos. Más hacia Thalia, ya que ella se ponía en frente para poder proteger a Jason.

Era su deber autoimpuesto como hermana mayor; proteger a Jason.

Una promesa que se había hecho a sí misma.

Una promesa que había fallado en cumplir

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-Familia... ¿eh? -meditó Thalia para sí misma.

¨...Somos como una gran familia. Nos apoyamos en todo. El éxito de una, es el éxito de todas. Y las penas de una, son las penas de todas...¨

Esas fueron las palabras de la diosa Artemisa. Palabras que había llegado profundamente a Thalia y había causado que considere seriamente la propuesta que le había hecho la diosa de la caza.

Sonaba... tentador. Ser parte de un grupo de chicas que viajan por el país en compañía de una diosa. Cazando monstruos, ser aceptado por un grupo de chicas que la verían como un igual, ser independiente y vivir sin responsabilidades, ser libre...

¨Les ofrezco la oportunidad de dejar todo atrás y acompañarme eternamente en mis travesías por el mundo¨

¨ ¿Pero a qué precio? ¨ pensó Thalia.

¨Renunciar para siempre al amor romántico. No crecerán, ni contraerán matrimonio. Deben jurar que seguirán siendo doncellas eternamente¨

¿Ser eternamente una doncella? ¿Nunca casarse? ¿Renunciar al amor? ¿Esas eran las condiciones que tenía que cumplir para ser libre? ¿Para ser parte de la caza y de una familia?

Libro 1: El Origen de un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora