2017.
Después de sus últimos estrenos junto a la publicación de su segundo libro Amelia Morgan termina dando un gran salto a la fama comenzando a brillar por si misma. Sus sueños se empiezan a cumplir y ella está dispuesta a disfrutarlos siempre con...
Era su día libre, y todavía estaba acostado en su cama.
Aún tenía recuerdo de toda la euforia que aquella chica de pelo negro y ojos grises le habían causado.
Hubo un momento de aquella velada cuando una corriente eléctrica lo atravesó sintiéndolo en ella también. Aquella sensación ocurrió de nuevo cuando le tocó despedirse de ella.
¿Qué le había hecho? ¡En diez días no pudo dejar de pensar en ella! Estaba feliz de saber que aquella chica era más que una cara y cuerpo bonito... había valido la pena conocerla.
∆ Amelia se giró ante aquella pregunta, mirándolo para sonreír mientras movía la cabeza en modo de negación.
-Debí suponerlo.-dijo entre dientes- Lamento el atrevimiento.
-¿Tienes Instagram?.-pregunto ella acercándose a él
-Si, no público mucho y está en privado pero... Si, lo tengo.
Amelia tenía un bolso pequeño de fiesta que colgaba de su muñeca izquierda como si fuera una pulsera, lo abrió quitando su celular: un Samsung S8 Plus, habían salido al mercado hace un mes.
-Buscate.-dijo entregándole.
En la pantalla estaba abierta la aplicación.
La miró, antes de buscarse a sí mismo desde la cuenta de ella; no fue difícil, de hecho seguían varias cuentas en común.
-Aquí tiene Señorita.
Sintió su celular vibrar en el bolsillo interno de su saco, lo saco buscando la solicitud de seguimiento que acepto sin dudar.∆
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Amelia cursaba el tercer año de la licenciatura en Relaciones Internacionales de manera virtual, misma modalidad que su amiga Tini Stoessel hacia debido a sus giras.
No descuidaba la universidad- menos ahora que le quedaba un año- y contaba con la ayuda de una psicopedagoga para no perderse. Debido a su carrera realizaba su pasantía en el Consulado Argentino de la ciudad tres días a la semana desde las 10:00 hasta las 16:00
-Jaz.-se acercó a una de las recepcionistas- ¿Estás ocupada?
-Ahora no
-¿Me podés hacer una trenza?
-Bueno.
Su cabello estaba bastante largo, aunque se lo había cortado hace dos meses había vuelto a crecer llegando a unos centímetros por arriba del codo.
