𝐥𝐮𝐜𝐚 𝐛𝐚𝐥𝐬𝐚 𝐢𝐬 𝐚 𝐟𝐢𝐫𝐬𝐭 𝐜𝐥𝐚𝐬𝐬 𝐝𝐮𝐦𝐛𝐚𝐬𝐬!

𝑃𝑙𝑖𝑛𝑖𝑢𝑠

-"Edgar"-

A este punto, el joven pintor no tenía nada en mente, comía su pan con pocas ganas, la luz del sol chocaba con su vista, pero le brindaba una cómoda calidad, si Luca estuviese frente suyo, sin duda no se querría ir nunca de ahi.

-"¡Edgar!"- Una voz conocida resonó en sus oídos levemente. -"¿Me estas escuchando?, ay dios, pareces un muerto viviente"- Levantó la cabeza, y pudo reconocer el rostro de la barista, algo molesta y preocupada, puso una mano en su frente para comprobar si tenía fiebre.

-"Ah...Bourbon, hola"- Dijo en un tono flojo.

-"¿Que pasa?, pensé que estarías feliz por el regreso de Luca, te veias mal ese día que no estaba"- Dijo para tomar un sorbo a la desconocida bebida.

-"S-solo estoy aliviado de que este bien"-

-"Ya veo, ¿seguro que son solo amigos?"- Preguntó con una expresión picara.

Edgar casi se atragantó.

-"¿¡Eh?!, ¿a que viene esa pregunta?!"- Dijo alterado, el sonrojo  ya le llegaba a las orejas.

Demi se acerco un poco más al pintor para procurar que nadie más escuche aparte de ellos.

-"Mmm..¿no paso nada el día que te pasaste de copas?"- Preguntó la barista en un tono bajo. Al ojiazul solo le ardia la cara, solo recordaba algunos momentos borrosos, los cuales se negaba a tomarlos por hechos, aun sabiendo que pudo haber una pequeña gran posibilidad, pero no quería afirmar nada.

-"No pasó nada...no que yo sepa"- Dijo mirando para abajo.

-"¿Deberías preguntarle no?, con total sinceridad"-

"Si...debería"

-"Lo tomaré en cuenta, gracias Bourbon.."-

-"No es nada chico pintor, ¡siempre estas invitado a mi bar!, solo recuerda no beber demasiado jaja..."- Dijo recordando el esfuerzo descomunal que tuvo que hacer teniendo el cuerpo del ojiazul en su espalda mientras subía las escaleras.

Luego del desayuno, Edgar decidió tomar una caminata por la mansión para tomar un respiro y matar el tiempo mientras esperaba a que transladaran a Luca. Caminó por los extensos pasillos apreciando los cuadros antiguos que estaban colgados en las paredes, observando cualquier otro lugar que sea por donde caminaba, provocando así, chocar con alguien.

Ambos sobrevivientes chocaron cabezas, alejándose unos pasos del otro. Edgar de inmediato sobo su cabeza por el dolor del choque, para luego levantar la vista y darse cuenta de con quien había chocado, nada más ni nada menos que Melly Plinius.

-"Ah!, Melly!, perdona, no me fije por donde caminaba"- Dijo algo preocupado, no mantenía una mala relación con la entomologa, es más, le caia mejor que el promedio de los sobrevivientes de la mansión, e incluso le llegaba a tener respeto.

-"Oh, no te preocupes"- Su voz sonaba fría como de costumbre, con una pequeña pizca de dulzura. Edgar no podía saber que expresión tenía en ese momento la entomologa por su especie de casco, pero debía de suponer que no era una de molestia. -"Que raro es verte caminar por estos pasillos, casi siempre estas en tu habitación no es así?"-

-"Ah, si, estoy esperando a que trasladen a Luca..."- Dijo rascándose la cabeza normalmente, hasta que cayó en que llamó sin darse cuenta a Luca por su nombre.

-"Deben de llevar una buena relación por lo que veo"- Dijo Melly curiosa.

-"S-Supongo que si...como sea, ¿que haces tu caminando por aquí?"-

-"Oh, suelo caminar seguido por estos pasillos, ya que dan la salida al jardín trasero, además de quedar cerca de mi habitación"-

-"Ya veo...¿entonces siempre te puedo encontrar por aquí no?"-

-"Claro, siempre y cuando no haya sido mi turno de jugar una partida"- Dijo "mirando" al pintor, este siempre encontró interesante a Melly, tanto en apariencia como personalidad, ambas distinguidas y formales.

El reloj tocó las 12 de la tarde, dejando escuchar las fuertes campanadas que se escuchaban en toda la mansión.

-"Ah, son las 12 ya, debo retirarme"- Dijo la entomologa.

-"¿Sucede algo a las 12?"- Preguntó con curiosidad Edgar.

-"Debo ir a ver como se encuentran mis abejas"-

-"Ya veo, en ese caso fue un gusto hablar con usted, señorita Plinius"- Dijo con su característica formalidad a quienes tiene respeto, dejando destacar su sangre de noble.

-"Por favor, llámame Melly, e igualmente fue un gusto hablar con usted, ahora si me permite me retiro"- Se despidió con un gesto en la mano, y dio la media vuelta para irse a la dirección del jardín trasero.