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Midoriya Izuku

Faltaban 30 minutos para iniciar con mi primera clase, así que decidí ir a la cafetería de la universidad. Pedí de un café cargado ya que la noche anterior me desvele hasta tarde realzando algunos proyectos que tenía pendientes, con mi pedido en la mano, salí de la cafetería a las áreas verdes para buscar de un comedor al aire libre.

Me dirigí hacia un comedor y tome asiento allí, dejando mi café en la mesita para tomar del bolsillo de mi pantalón el móvil para checar de la hora.

Mi vista se mantenía al frente, observaba de aquel pequeño estanque de patos que se ubicaba al centro del área, veía como otros compañeros se acercaban a ellos dándole de comer pan a los animales.

–¡Midoriya!– escuché desde lejos llamarme, aquella voz de me hacía conocida y decidí voltear para ver con quién se trataba hasta que aquel chico de cabellera rubia y ojos celestes corría el dirección a mi sentándose a un lado de mi.

Me sorprendí al verlo, formando una sonrisa de oreja a oreja.

–Hace semanas que no te veía– soltó aquel chico un poco agitado debido a que corrió hacia a mi, mantenía mi vista en el.

–Hola, no te había visto, ¿Cómo haz estado?– me alegré un poco al verlo, tenía semanas que no lo veía y era un gusto verlo de nuevo.

–Bien, supongo– soltó una carcajada y volvió a hablar –,Escuché que estabas saliendo con alguien nuevo, creo que de segundo semestre, ya saben como dicen los demás, que "jugaste con sus sentimientos".

Tenía su mirada en mi, soltó una carcajada con más intensidad y me dio unas palmadas en mi espalda.

Mirio me conoce desde la preparatoria, es un gran amigo, me apoyo cuando yo lo necesite y no me dejó atrás, sabe de mi pasado y como he estado mal emocionalmente. El fue aquel brazo que me ayudó a salir de aquel agujero negro.

En secundaria tuve un amor tal vez no correspondido, ame demasiado aquella persona, cuando confesé mis sentimientos a aquel chico decido aceptarme, pero, confundía el amor con el rechazo. Aquí chico me humillaba cada vez que podía, me terminada y a las pocos días ya estaba en sus brazos, cuando teníamos sexo siempre en el acto era salvaje y me lastimaba con comentarios hirientes, y al terminar decía que le daba asco.

Mi madre me inscribió en una preparatoria en el otro lado de la cuidad, perdiendo contacto con él y fue hasta que me encontré con Mirio, dándome su apoyo y ayudándome a levantarme.

Decidí cambiar mi apariencia, cambiando mi cuerpo haciendo ejercicio y entrenamientos, cuide de mi piel y renovando mi rostro con cremas hidratantes. No pensé que cambiaria bastante. 

Cuando entre a esta universidad fui el centro de atención al instante, decidí enfocarme en mis estudios y no mantener una relación seria o amorosa, no quería volver a sufrir lo mismo, llegando a la conclusión de tener sexo sin compromiso.

Mirio es un gran amigo que sabe todo sobre mi, hasta las personas con quiénes llevo a la cama, pero no sé arrepiente de mi.

–Tal vez no soy lo suficientemente claro– solté junto con un suspiro.

El solamente soltó una carcajada.

–¿Sabes?...creo que ellos piensan que al dedicar una parte de mi tiempo creen que tendrán una oportunidad para mantener una relación conmigo– tome de un sorbo a mi café –Tal vez si, "juegue con sus sentimientos", pero ellos saben que a mí no me interesa un compromiso, y se los recuerdo al acostarse conmigo–.

Aquel chico de ojos celestes mantenía su mirada en mi, soltó un suspiro y hablo.

–Mi pregunta es...¿Cuándo estarás listo para comenzar una relación seria con alguien?– pregunto arqueando una ceja.

–Una relación seria– repetí y alzando mi mirada al cielo con una voz neutral.

–No lo se– quedé unos segundos en silencio –Se que no lo encontrare llevándome al primero que se me topé a la cama, pero...joder no lo había pensado– me queje al pensarlo demasiado.

–Tal vez lo encuentre en un momento único–.

El timbre de la Universidad indicaba el cambio de clase, los demás empezaban a salir de sus salones para dirigirse a su siguiente clase.

Me levanté de la banca y Mirio volteo a verme, le dirigí la mirada y su rostro era como el de siempre, mostrándome una media sonrisa.

–Se que lo encontrarás–, se levantó de la banca y se marchó del lugar dejándome atrás.

Aquellas palabras pasaban por mi cabeza. 

"Lo encontrarás"

¿Yo llegaré a él?

¿Yo llegaré a él?

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Cambiaste mi mundo [Kirideku] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora