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Izuku Midoriya

–Izuku, iré a dormir–, dijo mi madre saliendo de la cocina con las manos mojadas.

–Esta bien mamá, si deseas, puedes dormir en mi habitación, creo que mi cama es más cómoda que la otra habitación–, solté volteandome a verla mientras ella se acercaba al sillón de donde estaba.

–No te preocupes, iré a descansar, hasta mañana–, dijo mientras tomaba de mi frente y depositaba un beso en mi frente.

Sentí la calidez de sus labios en mi frente, me trasmitía aquella tranquilidad y seguridad en mi.

Soltó de mi frente y se dirigió a la habitación del departamento, dejándome solo en aquella sala mirando hacia la nada.

Me quedé por unos momentos sentado en el sillón, volteo a ver del reloj y marcaba las 10:37.

Me levanté del sillón dirigiéndome a mi habitación pero fui interrumpido por el tono de llamada de mi celular, volví a la sala donde se encontraba el móvil y recordé lo que tenía pendiente.

MD: ¡Kirishima!, Hola...

KR: Hola Midoriya, ¿Será que puedas bajar?

MD: ¿No te permiten el acceso para venir a mi departamento?

KR: No es eso, simplemente me gustaría enseñarte algo...

MD: Ahhh, ok, voy en seguida.

Colgué de la llamada, miraba de la pantalla y eso me hizo pensar el por qué no subió hasta acá.

Salí de la sala hacia mi habitación y tome de una sudadera junto con unos tenis para colocarlos en mi y salir de esta.

Apague las luces del pasillo y me dirigí a la sala para tomar del móvil y salir de allí.

Cerré el apartamento y camine en medio del pasillo que se encontraba solo hasta el ascensor, me adentro y presionó de los botones para bajar.

—Hola Midoriya—, dijo aquella chica que atendía en la recepción.

—Hola Liv—, respondí mientras pasaba en frente de la recepción.

–¿Saldras a esta hora?–, dijo con un poco de incredulidad y por instinto, voltee a verla.

–Si–, fue lo único que salió de mi boca y salí del edificio, pare en la entrada de este y vi aquel auto negro con las ventanas abiertas dejando ver a simple vista el chico pelirrojo adentro.

Se mantenía sentado con una mano en el volante y la otra recargando su mejilla mientras miraba a través del cristal hacia el frente.

Me acerqué a él y baje de mi cuerpo para estar a la altura de la ventana y me noto.

–Hola–, solté mientras lo miraba.

–Midoriya, sube, te quiero mostrar algo–, dijo y señaló con su mirada que entrara al auto y realice de eso.

Se notaba serio, parecía si estuviera a punto de regañarme pero, tensaba un poco la quijada. No deducía el por qué me dijo repentinamente que subiera.

Kirishima manejaba con cuidado, aunque estuviera de noche, mantenía su precaución manejando. Observaba a través del cristal y la luna había presencia en el cielo con algunas estrellas acompañándola.

Íbamos en un silencio, tal vez agradable, tal vez incómodo. Pasamos algunos minutos así y no entendía por qué repentinamente me pidio que subiera.

Quería preguntar, pero había algo que me detenía, baje mi miraba del cristal y la dirigí a mis manos que jugaban entre ellas con los dedos.

Estaba nervioso, no sabía por qué, no quería preguntar y tampoco quería decir que me bajara del auto. Me quedé estático por unos segundos hasta que por fin el hablo.

Cambiaste mi mundo [Kirideku] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora