"En mis sueños había grandes mundos,
Pero descubrí,
Que en el mundo hay grandes sueños".
– Vany Pérez.Empecé a escuchar un pitido cada segundo, un aire que entraba por mi nariz y algo frío recorría mis venas, intenté abrir los ojos, pero me pesaban, intenté de nuevo, está vez con más éxito logré abrirlos, «simultáneamente la cabeza empezó a punzar», lo primero que vi fue unas luces, unas luces de hospital, sin duda alguna estaba en uno, pero... ¿Por qué?, Traté de recordar lo que había pasado, sin embargo entre más me esforzaba, sentía que iba a llegar un punto en que la cabeza me explotaría, la garganta parecía estarse quemando, un ardor impetuoso me invadía, pese a ello una voz, muy conocida, hizo que prestará todo mi atención a lo que se oía.
– ¿Cómo está doctor? - su voz seguía igual de aguda que la última vez que la escuché, era el «otro Will»; Atisbé por la ventana y vi un joven de espaldas que hablaba con alguien de bata blanca.
– Ya está estable, solo tuvo una contusión por el golpe, ya le administramos medicamento, y estará bien - consoló al decirlo - solo que se tendrá que quedar en observación por lo menos un día.
– ¿Puedo pasar a verla? - dijo con interés.
– Si claro, adelante.
Escuché el pestillo de la puerta, ansiosa dirigí mi mirada hacia ese rumbo, un joven abrió la puerta y al verme sonrió... Me queda pasmada, por unos segundos no sentí el frío que recorría mis venas ni el molesto aire que entraba por mi nariz, ni siquiera el horrible dolor de cabeza ni el fuego en mi garganta, sus ojos color verde escarlata fueron mi perdición, radiaban brillo, un brillo cautivador, un brillo jamás antes visto, de sus párpados se alzaban unas largas y hermosas pestañas que hacía que sus ojos se vieran más grandes, su sonrisa describía la perfección con sus hoyitos de cada lado, su cabello eran unas pequeñas ondas desordenadas color rubio dorado que enmarcaban su bello rostro, traía una camiseta de manga larga color marfil que acentuaba perfecto a su cuerpo fornido, que me indicaba que no tenía 18 años como yo, pero tampoco pasaba de 22 años, en mi vida había visto a alguien así, mi breve descripción no era ni lo mínimo que estaba viendo en esos instantes, era algo inefable, no sabía si decirle algo o simplemente quedarme callada, por el momento iba ganando el quedarme callada; me quedé totalmente estupefacta.
– Hola, ¿Cómo te sientes? - dijo con tono amistoso mientras arrastraba un banco para estar más cerca de mí... No podía creerlo, ¡Era Will! El famoso «¡Otro Will!» Aquella persona que casi se desgarraba llorando por mí.
– En perfectas condiciones - dije tartamudeando.
– ¿Ah sí? - preguntó con la cabeza ladeada en un gesto de confusión.
– Ah - reaccioné a lo que estaba diciendo y volví a sentir de nuevo todos mis malestares - he tenido mejores días - mi voz sonaba ronca y desalentadora.
– No creo que hayas tenido mejores días que hoy - hizo una pausa y prosiguió - no todos los días conoces a alguien como yo, ¿Cierto? - dijo en tono sarcástico admirando su belleza, «quizás tanto como yo» mientras embolsaba una sonrisa y se pasaba una mano por su cabello. El corazón comenzó a latirme rápidamente y empecé a sentir como se calentaba mi cara hasta llegar al punto en que probablemente estuviera completamente sonrojada, la máquina que estaba a un lado de mí enloqueció haciendo los pitidos más frecuentes.
– Tranquila - impuso, mientras se acercaba a la máquina - solo bromeaba, en realidad me preocupaste mucho - se sentó de nuevo en el banco y me tomó la mano.
Pensé en preguntarle ¿Quién era? ¿Por qué se preocupaba tanto por mí? ¿Acaso me iba a morir? Espera... ¿Él ya me conocía?; estaba a punto de exigirle una respuesta para todas las preguntas que iba a hacerle, cuando entró el maestro William y mi plan se arruinó por completo. Will soltó mi mano.
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Envuelta En Mentiras
Novela Juvenil"La confianza es un arma letal" Ese chico robó mi total atención el día que lo conocí, no obstante, se convirtió al siguiente día en... ¡Mi profesor! ¡Algo patético! ¿No?, Sin embargo, eso no fue obstáculo para enamorarnos perdidamente, en defecto...