Kame House

246 21 1
                                    

Unos días después.

Se escuchan extraños sonidos proviniendo de la vieja casa rosada.


En otras noticias, se pronostican fuertes tormentas a lo largo de-



—Nope.


¡Y uno, y dos, y tres-



>Ahg... por dios, noo. Ese maldito viejo solo tiene dos canales, el de las noticias y el canal de los aeróbicos, ni que fuese pornografía —dice molesta largando el control remoto.


>¿Cuándo es que volverán? estoy aburrida —suspira apoyándose en el pórtico.

>'Y ni siquiera hay wifi... no hay nada más que hacer aparte de sentarse y tomar sol' —piensa.


>[...]



>¿Hmm? ¿qué es eso?

>un fuerte ki se aproxima a gran veloc-

De repente una misteriosa figura se estrella fuertemente arrasando con todo el borde esté de la isla y levantando una gran polvareda a su paso, a lo que 18 solo puede atinar a cubrirse los ojos.

—¡¿Pero quién demonios?! —exclama molesta.

—B-buenas tardes, número 18 —se revela Goku emergiendo de la nube de arena.

—Ah, eres tú, buenas... número 59, pero que buen aterrizaje —insinúa sarcásticamente cargándose contra la pared y cruzando los brazos.

—Si, perdón por eso —dice mirando el gran cráter que había dejado atrás— ¿eh...? ¿número 59?

A lo que está levanta un dedo para señalar el número que aparecía en su chaqueta.

—Ah... si, je, je, y... ¿están de visita? —pregunta pasando de ella.

—Nah, volvimos a vivir aquí, la renta es más barata, además solo es algo temporal, Krillin fue trasferido a una ciudad cercana.

—¿En dónde está es maestro Roshi? —dice asomándose y viendo que no había nadie.

—Ambos se fueron está mañana, supongo que ya deberían estar por regresar —responde indiferente.

—Oh, bien. —se vuelve cabizbajo, solo para sentarse en los escalones a esperar.

Los minutos pasaban y solo se escuchaba el sonido de las olas y el de las gaviotas pasar.

La androide cada tanto miraba de reojo a aquel hombre sentado de espaldas, inmóvil.

—Oye, 59, te ves algo tenso ¿quieres uno? —pregunta acercándose y poniéndose un cigarrillo en la boca.

—Em, no gracias, no tengo hambre —responde distraído negando con la mano.

—No se comen tarado, haber... abre, aquí tienes uno.

—¿Y entonces para qué sirve? —dice entre dientes.

—No lo sé... para relajarse... también van muy bien con el alcohol, inténtalo.

>[...] 'Jej, es un poco chistoso ver como esta tratando de imitarme' —no puede evitar esbozar una sonrisa.

Por si no te vuelvo a ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora