Capítulo II² ✓

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Capítulo 2 parte 2 ✓

。・:*˚:✧。

Normani Zaé

—Iván —musité, al salir de la impresión de tenerlo frente a mí y aprieto mi celular cuando lo siento resbaladizo en mi mano.

—Ése mismo reina, qué bueno que aún se acuerde de mí.

—Tú... ¿Por qué? —es lo único que sale de mi boca.

Tenía preparada una extensa lista de preguntas para cuando lo tuviera frente a frente, pero ahora no recuerdo ni una.

— ¿Por qué me regalas todo esto? —repito, está vez más coherente.

—Primero dígame si le gustan.

—Yo pregunté primero.

—Pero mi pregunta vale más en el asunto fíjese —una sonrisa astuta nace en sus labios.

—Sí, me gustan —respondo con desdén —Bien, te toca.

— ¿Acaso no ha leído las tarjetas? ¿Las tira sin leerlas o qué? —se recuesta de medio lado a la pared del elevador, quedando de frente a mí y con una distancia de dos metros entre nosotros.

—Sí, pura labia.

Borrando la sonrisa se lleva una mano al lado izquierdo del pecho.

—Me duelen sus palabras, chula.

—No has respondido mi pregunta —señalo, viendolo bajar la visera de la cachucha que trae.

— ¿Me las repite? Es que teniendola en frente me es imposible concentrarme.

No era por nada, pero se veía un poquito... Sólo un poquito bien.

Un estilo nada comparado a cuando lo conocí: el pantalón de vestir fue sustituido por un jean casual color negro, la camisa blanca pasó a ser una polo roja, y el toque final lo daba la gorra negra del mismo color que su jean. Ah, y la barba igual de bien cuidada que la primera vez.

Sólo un poquito bien.

— ¿Por qué haces esto?

—Porque me encanta —deja caer su cabeza a un lado, haciendo que reaparezca la misma sonrisa.

— ¿El qué? ¿Estar regalando cosas caras a cualquier persona que no conoces?

—Usted. Me encanta usted.

—Y yo tengo novio, lo conociste esa noche también.

—Y yo con ése cabrón no quiero nada.

—Más respeto —señalo.

—No me pida que lo respete cuando tiene algo que quiero y él no valora, reina.

— ¿Cuándo pararás? —inquiero, cambiando el rumbo de la conversación.

— ¿De verdad quiere que pare?

Muerdo mi labio inferior por manía, mientras mi mente máquina rápidamente. ¿Quería que dejara de cortejarme de esa manera? Pues sí... ¿No?

—Me estoy controlando para respetar su relación con ése cabrón pero no soy de piedra oiga —no ha terminado de hablar cuando dirige su mano a mi mentón y lo hala suavemente hacia abajo, haciendo que mis dientes dejen de mordisquear mi labio.

Alejando rápidamente mi rostro de su toque pregunto otra cosa.

— ¿Pensabas presentarte hoy?

—La neta no, tuve que pasarme por unos asuntos pero me voy bendecido de habermela encontrado por fin.

Normani | Iván A. Guzmán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora