Normani | Iván A. Guzmán.

Capítulo IV ✓

Capítulo 4 ✓

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Normani Zaé

— ¿De dónde es usted? —preguntó luego de darle un trago a su copa de coca.

Sí, coca–cola en copa.

Sí, estaba con él.

Sí, le había escrito.

—Quizá te cuente si me recargas —incliné un poco mi copa de vidrio y éste la recargó.

La cena se había llevado a cabo en mi departamento ya que luego de mi conversación con Filippo, que terminó en otra discusión, se habían dado las diez de la noche y la mayoría de los restaurantes habían cerrado temprano por ser martes.

A la hora, él se había llegado con pizza y bebida en las manos.

—Gracias —Musité cuando él se inclinó a dejar la botella a medias en la mesita del salón, a un lado de la caja vacía —. Soy venezolana.

— ¿Y cómo terminó en México? están bien lejos como para confundirse e irse por la vía que no es —se reclinó sobre su brazo flexionado en el cabezal de mi sillón, haciendo que sólo sus ojos quedaran a la vista bajo la visera negra.

Estábamos sentados frente a frente y sólo nos separaba un cojín.

—La situación económica que atravesaba, y que aún atraviesa, me hizo emigrar a los diecinueve —bebí —. En ese entonces mi mamá era la única que trabajaba y tenía que alimentar a cuatro niños. Fácil no la teníamos. Isaac, mi hermano, se fue primero, evitando que me tocara a mí, pero al principio no ganaba mucho por lo que nos alcanzaba para unas pocas cosas —expliqué —, congelé mi carrera porque se necesitaba mucho dinero en papeles, impresiones y esas cosas. Se dieron un par de problemas más y decidí irme, al principio ella no quería que emigrara sola pero después de hablar y meterle un sinfín de labias, heme aquí.

—Y tiene tres años aquí ya —añade, y yo asiento —. ¿No ha vuelto?

—Nop, tres años sin ver a mi mamá y dos de mis hermanos, y cuatro sin ver a mi hermano mayor.

— ¿Por qué no te fuiste a donde está él?

—Isaac es pelotero, actualmente juega para los Yankees, pero para ese momento estaba firmado con un equipo en República Dominicana y no le daban mucho tiempo en el terreno, por lo que, casi no estar en el campo, no le pagaban mucho. Y conmigo allá sería otra carga.

— ¿Isaac Zaé es su hermano? —Preguntó, mostrándose sorprendido —Es uno de los mejores zurdos que tiene el equipo.

—Mi hermano mayor es el mejor —sonreí, orgullosa —. Además de Isaac están Alessio y Adrián, esos dos son el diablo. Y son mellizos, para rematar.

— ¿Ellos también juegan?

—Alessio, a Adrián le gusta más el fútbol —estaba haciendo frío por lo que subí mis piernas al sillón —. Se gradúan en un año y ya están viendo academias y universidades dónde puedan entrenar, pero yo también estoy buscando aquí en México y poder traérmelos.

—No les mira futuro en Venezuela.

—Todo está acabado allá. Tiene dos presidentes; uno lo jode cada día más y el otro anda de gira por todo el mundo, pero ninguno hace nada por el pueblo —me encogí de hombros. —Cuéntame de ti.

— ¿De mí? —Asentí — ¿No me has buscado en internet?

—Sólo aparece que eres 'hijo de' y 'hermano de' pero más nada, sigo india.